Espectáculos y manualidades. Además del reparto de tortilla se organizó un espectáculo de baile, talleres infantiles, cuentacuentos y un concurso de ‘mariol·los’ en el que todos los participantes tenían premio. | IRENE ARANGO

Vila conmemoró ayer el dijous llarder en el Paseo de Vara de Rey con una gran variedad de actividades y espectáculos orientados al público infantil, que suponen el pistoletazo de salida a los grandes eventos del carnaval 2020.

La avenida peatonal de Ibiza se convirtió en un improvisado desfile infantil de disfraces en el que se pudieron ver las propuestas planteadas por el Ayuntamiento de Vila.

«Hoy (por ayer) se ha organizado algunas actividades típicas del dijous llarder, como el concurso de mariol·los, y a todos los niños que se enmariol·len se les dará un premio. Además, se está repartiendo el alimento típico de este día como es la tortilla de patata», explicó la concejal de Fiestas de Ibiza, Montserrat García.

Fernando Vivancos fue uno de los cocineros de la gigantesca tortilla que dio de comer «a 700 personas». La particularidad que tuvo esta tortilla fue que para prepararla se empleó una «especie de sartén grande» y, aun así, tuvieron que partirla en dos trozos para poder darle la vuelta. ¿El resultado? «Estupenda», comentó el autor de la obra.

Esteban y Manuel pertenecen a la Associació Voluntaris d’Eivissa y, aunque durante su actividad como voluntarios «tratan de ayudar en lo máximo que pueden», ayer no perdonaron la ocasión de poner el buche. «Nosotros la hemos visto cuando la estaban haciendo a las 17.30 y les hemos preguntado a los cocineros que cuándo teníamos que venir a por ella», subrayó Manuel, a lo que añadió que estaba «perfecta».

Otras de las que salían bocadillo de tortilla en mano eran Mía y Tábata, dos hermanas en edad escolar. Ellas no celebraron ayer el dijous llarder en su colegio, pero hoy sí que aseguraron que irán disfrazadas a clase, una de vaquera y otra de Pippi Calzaslargas.

Además de la tortilla como gran atractivo, como así reflejan las declaraciones de los comensales, el Consistorio preparó un espectáculo de baile a cargo de la escuela Passion Dance, pintacaras, talleres para elaborar caretas y una casa de la bruja en la que se leían cuentos.