Los paseos marítimos fueron uno de los emplazamientos preferidos por los ibicencos para los primeros paseos del desconfinamiento en un día de altas temperaturas. | Marcelo Sastre

Y el día tan esperado por tantos desde que el 14 de marzo se decretara el estado de alarma llegó. Después de aguardar tantas horas pegados a la pantalla, pendientes de la radio o escrutando las páginas de un periódico, en busca de la fecha definitiva en que todas las personas, sin excepciones, pudieran salir, aunque solo fuera una hora, a disfrutar del aire libre.

Tras más de 160 contagios y 12 fallecimientos, ha sido este 2 de mayo cuando miles de ibicencos y formenterers han podido salir y alejarse unos metros de sus casas sin mayor preocupación que la de cumplir con las normas marcadas por el Ministerio de Sanidad.

Jorge y Carolina son pareja y durante esta cuarentena no han podido salir más que para hacer la compra «una vez a la semana cada uno». «En nuestras empresas nos hicieron un ERTE y hemos estado encerrados en casa hasta el día de hoy, que hemos podido disfrutar un poco del aire puro», explicó Jorge.

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Al colectivo de los deportistas pertenece María, que salió a correr por el paseo de ses Figueretes. «Yo normalmente corro y voy al gimnasio. Como no sabemos cuándo van a abrir, me intenté comprar una cinta de correr, pero con todo esto no llegaba y hoy ha sido el desfogue», decía sonriente.

En el misma zona andaban varios agentes de la Policía Local de Vila, Policía Nacional y voluntarios de Protección Civil, que informaban a los viandantes porque «habían muchas dudas», según reconoció uno de los agentes que prefirió mantener el anonimato. «La gente estaba con muchas ganas de salir porque ha salido desde muy temprano, pero, en general, están cumpliendo bastante bien los distanciamientos y las medidas, aunque hay desconocimiento por otra parte», comentó.

En la Avinguda de Santa Eulària y sentado frente al mar estaba Toni, que «a las 10.05 salió de casa». Este sábado ha sido la primera vez que este ibicenco, de 73 años, «salía a dar una vuelta en 46 días». Toni vive cerca de esta zona y, tras un paseo por Vara de Rey, se sentó a ver el mar, «que es lo principal». «Los ibicencos tenemos que ver la mar. Si no la vemos, fotut», sentenció.

En la misma franja horaria asomó María Jiménez acompañada de su hijo, que después de dos meses salió a que le «diera el aire y sacudirse las pulgas un poco», bromeaba con sorna. Durante todo este tiempo, su hijo le ha estado llevando la compra y ella «no ha salido ni a comprar, ni nada». «Antes no entraba en mi casa y ahora no salgo», señaló algo más alicaída.