Los alumnos y profesores de l’Escola d’Arts han tenido que aprender a reciclarse y trabajar desde casa.

Los profesores de Ibiza han tenido que afrontar un final de curso extraño y muy exigente en el que han tenido que trabajar muchas más horas de las que están acostumbrados y en las que la educación on line ha estado muy presente. L’Escola d’Arts de Eivissa no ha sido una excepción, con el problema añadido de que muchas de sus clases tienen un alto contenido presencial.


Es el caso, por ejemplo, y según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera su directora, María Ferrer, del Ciclo Formativo de Grado Medio de Forja Artística o los ciclos formativos de grado superior en Ebanistería Artística, Amueblamiento (Diseño de Interiores) y Modelismo de la Indumentaria. «Los profesores del centro, al igual que en otros institutos o colegios, han tenido que trabajar mañana, tarde y noche para atender bien a los alumnos, solventar sus dudas casi a cualquier hora del día y preparar todos los trabajos que tenían que hacer para el día siguiente o para completar el curso y eso ha supuesto un sobre esfuerzo que no siempre se reconoce al personal educativo», aseguró Ferrer.


De hecho, todas las clases impartidas desde que se decretó el estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus se han hecho on line, por videoconferencia. «Esto ha sido también un reto muy importante para muchos profesores en cursos muy prácticos porque han pasado de trabajar codo con codo con ellos a tener que reciclarse y aprender a usar programas y aplicaciones on line para que nadie se quedara descolgado», confirmó la directora de l’Escola.


Los alumnos también han vivido un cambio muy importante. «Para ellos ha sido también duro y diferente al mismo tiempo porque estamos hablando de estudios que son muy manuales, repletos de máquinas muy específicas que, en muchos casos, solo tenemos en la escuela y ellos han tenido que terminar el curso en sus casas, a través de tutoriales y ejercicios que les mandaban los profesores, con todos los problemas que eso conlleva para temas como la ebanistería, la moda o la forja», concluyó María Ferrer.


El curso que viene
Con este panorama, el curso que viene se presenta repleto de incógnitas para l’Escola d’Arts d’Eivissa. De momento, según confirmó Ferrer, están preparando un plan de contingencia para hacer llegar a la Consellería d’Educació del Govern en el que prevén varios escenarios «midiendo al máximo los metros cuadrados de cada espacio, analizando cómo se puede dar clase manteniendo la distancia de seguridad exigida y viendo como solucionar el hecho de que el edificio solo tenga una entrada y una salida».

La reforma y posible traslado, parado por el coronavirus

La reforma y posible traslado de la Escola d’Arts al recinto de Sa Coma, tal y como tiene previsto hacer la Conselleria d’Educació del Govern, se encuentra, según explicó a Periódico de Ibiza y Formentera María Ferrer, «en punto muerto debido a todos los retrasos que ha generado el coronavirus». Preguntada al respecto, la Conselleria no dió ayer ninguna respuesta a este periódico.