Las versiones improvisadas mantuvieron con el vello de punta durante toda la actuación a los privilegiados que pudieron asistir al concierto a la luz de las Perseidas.

En estos tiempos de sequía musical, siempre es de agradecer algún chubasco como la iniciativa que están llevando a cabo la Escola de Música d’Es Cubells junto a Crealizando y organizada por el Ajuntament de Sant Josep y la AA.VV. d’Es Cubells. Y es que ‘Jam al Solpost’ reune durante los domingos de agosto, en la plaza de la iglesia, a músicos de la isla y de distinto pelaje.

El domingo 2 arrancó el ciclo con Miquel Botja y Dennis Herman y este domingo era el turno del jazz y del blues de la mano de Montse Llaràs y Victor Gresely. El domingo que viene será el de Franco Botto y David Baraona con su jazz y funk. Todos ellos van acompañados de una banda base formada por Albert Oliva y Alfonso H. Morillas que también acompañará a Vicent Tur y PJ. Gónzalez el domingo 23 y, ¡no se lo pierdan!, a Soulman Sal y Jordi J. Canals el día 30 para cerrar este delicioso ciclo.

Hay que tener en cuenta que, como su nombre indica, Jam al Solpost, es una Jam, y como tal está abierta a colaboraciones de músicos espontáneamente se arrancan con algún tema junto al grupo programado, así fue el caso este domingo con la colaboración de Miquel Botja y algún amago más por parte de algún otro asistente del público.

Poco antes de las 20h, en la plaza de la iglesia d’Es Cubells, se finiquitaban los últimos detalles técnicos del sonido. Felipe, responsable del sonido, andaba un poco agobiado por el poco tiempo y los muchos músicos que hay que sonorizar. No se pueden hacer las pruebas de sonido antes de que acabe la misa, por razones obvias, y los horarios se acaban solapando un poco. Unos cordones delimitan la zona de sillas, separadas según las normativas covidianas. Los asistentes van llegando aunque no llegan a llenar la zona de sillas.

Un poco más atrás hay unas mesas cerca del chiringuito de la AA.VV., esa zona sí está más llena de gente que empieza a escuchar como Montse va entonando el “Have you ever seen the rain” de la Creedence Clearwater Revival, seguido por el “Nobody knows you when you’re down and out” que popularizó Eric Clapton y otros estándares del blues y jazz con el tacto que saben darle Montse Llaràs y Víctor Gresely. Unas 70 personas enmascaradas pudieron disfrutarlo durante un par de horas más que agradables .

Una de las cosas que tiene la música son esos momentos mágicos que aparecen de manera espontánea. Como una de las estrellas fugaces, las Perséidas, que se ven estas noches de agosto, suceden cuando menos te lo esperas. Algunos lo llaman ‘duende’. Este domingo sucedió. Sucedió más allá de que el equipo de Crealizando hubiera retirado hasta el último detalle del montaje.

Unas 30 personas estiraban la noche al fresco d’Es Cubells cuando alguien sacó un micro y una guitarra. Allí, bajo un olivo de la plaza, sentado en uno de los cubos de hormigón que sirven de banco, un tal Carlos, con camisa hawaiana y calzado con chanclas y calcetines, empezó a tocar versiones sorprendentemente elaboradas de clásicos de Eric Clapton (“Tears in heaven”), Tracy Chapman (“Fast Car”) o del gran Leonard Cohen (“Hallejujah”) entre otras.

Su talento dejó enmudecida la plaza. Sólo se escuchaba la música y un grillo, con permiso de tres o cuatro cochazos de esos que bajan a Es Cubells.

Ese tal Carlos era Carlos Amerivia, líder del grupo madrileño Jack Bisonte, que si no conoces no me resisto a recomendarte, tiene cientos de miles de escuchas en Spotify de su tema más popular ‘France Gall’. Tras él se animó Miquel Tomás, del grupo ibicenco Morning Drivers (que seguro que no necesitas que te recomiende), con más versiones que siguieron manteniendo los pelos de punta a los privilegiados que vivieron ese momento. Arrancó con ‘Wicked Game’ de Chris Isaak, que más queréis que os cuente. Y es que estas noches de agosto son noches de perséidas y hay que estar atentos, que en el momento menos esperado se nos cruza una estrella.