Laura Anoz, responsable de la consulta de Farmacia de Consultas Externas del Área de Salud de Ibiza y Formentera posa ayer en Can Misses. | DANIEL ESPINOSA

El VIH sigue siendo una enfermedad tabú. Desde que apareciese en la década de los 80, este virus es uno de la más temidos y esto hace que muchas personas consideradas de riesgo tengan miedo a hacerse la prueba por un posible resultado positivo.

Laura Anoz, responsable de la consulta de Farmacia de Consultas Externas del Área de Salud de Ibiza y Formentera, habló ayer con Periódico de Ibiza y Formentera por motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida que se celebra el 1 de diciembre. Anoz explicó que el número de casos ha crecido en las Pitiusas durante la última década pasando de los 414 casos que había en 2010 a los 683 que se contabilizan este año. Un aumento que va en relación con el crecimiento de la población en las islas durante el mismo periodo. La prevalencia es de un 0,4%, por lo que con una población aproximada de 160.000 habitantes, serían 640 pacientes VIH los que tendría que haber en las Pitiusas. «Estamos ligeramente por encima de ese valor, pero el aumento de casos se corresponde con esas cifras de población. No creo que tenga que ver con que se hagan más pruebas, ojalá fuese así, pero no».

En relación a esto último, Anoz lamentó que «hay muchas personas que son portadoras del virus y no lo saben». «Son las que transmiten la enfermedad de manera inconsciente», apuntó. Además, pidió que «si tienes prácticas de riesgo, acudas a hacerte una prueba rápida para identificarlo cuanto antes». Estas pruebas se pueden hacer en oficinas de farmacia por unos cinco euros o acudiendo al centro de salud. Los últimos estudios señalan que un 19% de las personas afectadas de VIH no saben que son portadoras.

La evolución de los tratamientos durante los últimos años ha hecho que a día de hoy las personas que tienen este virus puedan llevar una vida «perfectamente normal». «Es una enfermedad crónica que necesita un control, pero tomando una pastilla al día ya se puede mantener a raya. Es muy importante se constante con el tratamiento y que se mantenga esta exigencia y se haga de manera responsable para contener el virus y que no desarrollar síntomas», señaló Anoz. Además, valoró que la principal mejora está en la tolerancia de los tratamientos: «Hace unos años había más problemas. Ahora, como mucho tienes un ligero dolor de cabeza el primer mes».

En cuanto al perfil del paciente, desde el hospital señalaron que se corresponde con un varón joven, entre 30 y 40 años, que mantiene relaciones sexuales con otros hombres. Aún así insistieron en que «falta mucha gente por diagnosticar» y que hay colectivos que por sus condiciones singulares son más difíciles de integrar en el mundo sanitaria como son las personas con drogodependencia o el mundo de la prostitución. Anoz lamentó que «con toda la información que parece que hay hoy en día se sigan dando nuevos casos». «Se asumen prácticas de riesgo que son fácilmente evitables», añadió.

Por último, Anoz quiso destacar que la pandemia provocada por la COVID-19 no ha influido en la detención del VIH. Los datos están ahí y si en 2019 fueron 19 los inicios de tratamiento que se dieron por este virus, en lo que va de año la cifra asciende a 18, uno menos.