La llegada de los repartidores a Cáritas. | DANIEL ESPINOSA

La pizza es un derecho. Al menos lo será cada martes durante estas fiestas navideñas en el comedor social de Cáritas. La entidad recibió ayer la primera hornada, fruto de la iniciativa ‘La pizza es un derecho’ que ha lanzado el restaurante Ipizza. Por cada pizza que se compre los lunes hasta el día de Reyes, el restaurante donará otra a Cáritas.

El arranque del proyecto de colaboración ha sido un éxito. «El lunes fue súper bien, tenemos casi 100 pizzas para donar a los que más lo necesitan», explicó el dueño del restaurante, Marco Simonella.

De este centenar de pizzas, los repartidores llevaron al comedor social 40, tantas como usuarios recibe cada día Cáritas en su comedor.

La idea inicial era repartirlas entre las familias necesitadas, pero la logística era complicada, así que, tras hablar con Pedro Miguel Ramírez, responsable del programa de alimentos de Cáritas, convinieron que repartirlas en el comedor era el mejor modo de hacer la entrega.

La entidad sociocaritativa de la Iglesia católica ya ha concertado con el Consell d’Eivissa que este excedente, recién hecho, esté en el menú de Nochebuena y Nochevieja para personas sin recursos.

El amigo de Marco, Carlos Miranda, director adjunto de Zara en Ibiza, fue quien le lanzó el guante para poner en marcha la iniciativa. «Vi que Marco había donado un cheque a la Fundación de Lucha contra el Cáncer Elena Torres y que eso había suscitado muchos comentarios de gente que también quería ayudar, así que le planteé la idea».

Una idea con fuerza: ‘La pizza es un derecho’, que decidieron poner en marcha con Cáritas tras ver como había aumentado la cola para pedir alimentos.

«Evidentemente la pizza no es que sea un derecho», puntualizó Carlos, que es consciente de que la idea podía suscitar críticas, «la pizza no es precisamente un súper alimento, pero es una metáfora de que todo el mundo tiene derecho a un plato rico, caliente y que ilusione. La pizza reúne estas características».

Su objetivo es que esto sea un ejemplo. «Aquí somos yo y Carlos que tampoco podemos hacer mucho», indica Marco, «pero la iniciativa ha funcionado y nos gustaría que aquellos que quisieran se sumaran a ella».

Marco no piensa sólo en Ibiza, «¿por qué no en Palma, Madrid, Barcelona, Londres o Nueva York?», se pregunta.

Ahora trabajan en la posibilidad de poner un puesto el día de Reyes en Vara de Rey para repartir pizzas a las familias necesitadas. Porque piensan que todo padre debería poder celebrar un día de pizza con sus hijos.