Los ibicencos no fallan a la tradición y compran sus décimos en busca del ‘gordo’ en el sorteo que tendrá lugar el 22 de diciembre. | Marcelo Sastre

«Miiiil euros». Será una de las expresiones que más se escuchará en las casas de toda España en la mañana de este martes día 22. Será la frase más repetida, pero todo el mundo esperará que su décimo vaya seguido de una cifra mucho mayor. La ilusión de llevarse el ‘gordo’ ya se respira en las administraciones de lotería.

A falta de pocos días para que se celebre el sorteo, los establecimientos ibicencos viven un continuo desfile de personas. Algunos compran para ellos, otros para regalar, pero casi todo el mundo jugará al menos un décimo el martes. El azar suele venir acompañado de la superstición y, este año, no es una excepción. Entre las personas que compran destaca una petición: «Que acabe en siete».

El siete es el número más demandado en las administraciones, le sigue el cinco. Esta última terminación es de hecho la que más veces ha salido a lo largo de la historia del sorteo. En la cara opuesta están los números que acaban en cero y en uno, los que menos gustan.

Sergio Fernández se llevó ayer cuatro décimos acabados en cinco. «Son para repartir con la familia que está en la Península. Yo me quedaré uno. Otro es para mis padres y los otros dos para mis hermanos. A ver si hay suerte que con la que está cayendo este año nos vendrá bien a todos», señaló.

Pepe y Elena compraron dos décimos. «Yo siempre pido uno que acabe en siete», explicó Elena. Por su parte, Pepe, que aseguró que habían pasado un buen momento escogiendo los números, se llevó el número más alto que había en la administración.

Esto último es poco habitual, aseguró José Antonio Arias de la administración Nº3 Eivisort. El lotero explicó que la gente busca lo que considera números bonitos y que por lo general evitan las cifras altas, los ceros y los unos.

Arias señaló que este año atípico se había notado en las ventas. La ausencia del turismo ha provocado una caída del 25%, aunque reconoció que entre los compradores habituales apenas se había notado. «Quizás la gente no ha jugado tantos décimos como otros años, pero sigue jugando», apuntó.

También los hay que piden fechas, aunque no es nada fácil encontrarlas. Uno de estos números estuvo en la administración nº4. Sonia Sáez explicó que habían hecho un intercambio con una administración alicantina para tener el 21.020, el número del cambio del año. «Se agotó incluso antes de que lo tuviéramos. Es el número que jugó la Asociación de veteranos del Hospitalet», aseguró. No fue el único número que se agotó en este establecimiento, también se vendió en muy poco tiempo el 80.317.