La carretera del aeropuerto discurre frente a cuatro bloques de viviendas sin ningún tipo de barreras acústicas.

Quince años. Es el tiempo que llevan aguantando el ruido y esperando una solución los residentes en las viviendas del barrio de Can Misses que lindan con la carretera del aeropuerto. 15 años de súplica y silencio administrativo. Pero no tiran la toalla. Su periplo burocrático comenzó en julio de 2006, cuando la presidenta de la comunidad de propietarios del complejo Residencial Can Misses Park puso en conocimiento, por vez primera, de la conselleria de Obras Públicas del Govern balear «las graves molestias» que ocasionaba a los vecinos el intenso tráfico del segundo cinturón de ronda, recién construido, una obra pública que desató una gran protesta social en Ibiza.

En su carta, solicitaba la instalación de barreras acústicas en este tramo de la vía EI-20 al que se asoman sus ventanas con el fin de amortiguar el ruido del constante paso de vehículos. Comenzaba así una demanda vecinal que hasta ahora ha sido desoída por las instituciones.

En 2007 y 2008, después de un año de silencio administrativo, el primero de un proceso que sería interminable, el abogado y administrador de los tres bloques que componen el conjunto residencial, José Antonio Verdugo, presentó en sendas ocasiones una petición de los vecinos al mismo departamento del Govern, recordándole que esperaban su respuesta e instándole a instalar, «sin más dilación», pantallas de protección acústica.

Pasaron casi tres años sin recibir notificación alguna desde Palma, por lo que, en 2010, la comunidad de propietarios, a través de su administrador, presentó un nuevo escrito de reclamación, pero esta vez ante la conselleria de Obras del Consell Insular d’Eivissa, con la confianza de que ese departamento podría agilizar los trámites en colaboración con al Govern. Una vez más, su petición quedó en el cajón.

Ruido «insoportable»
Diez años más tarde, en junio de 2018, nuevamente volvieron a dirigirse a la conselleria de Territorio, Energía y Movilidad del Govern balear, a la que recordaron que llevaban, por aquel entonces, doce años sin obtener respuesta a su reivindicación, la cual ya había sido elevada en tres escritos presentados anteriormente ante el Govern y otro ante el Consell en los años citados. Ninguno fue respondido. En su nueva carta, que volvió a caer en saco roto, los vecinos reiteraban su petición y aseguraban que «el ruido del tráfico que estamos sufriendo es cada vez más insoportable». Pero tampoco hubo respuesta.

Lejos de desistir, en otro intento de que su solicitud fuera atendida, los propietarios de Residencial Can Misses Park justificaron su reclamación añadiendo otros tres nuevos argumentos: la nueva carretera de Santa Eulària contemplaba la instalación de barreras acústicas (que ya están instaladas a la altura de Ca na Negreta); un informe de sostenibilidad del Consell que incluye la zona de Can Misses dentro del mapa de protección contra el ruido y, además, un ejemplo a seguir en otra carretera de Mallorca, la que une Campos y Llucmajor, en la que el Govern balear se comprometió a instalar pantallas de protección acústica en torno a las viviendas donde se superen los niveles de ruido permitidos por la legislación vigente. También se comprometió a aplicar un asfalto especial fonoreductor, menos denso y más poroso que el habitual, que permite reducir entre un 50% y un 75% los decibelios que genera el tráfico en las grandes vías. Así lo estipulaban los informes de impacto ambiental redactados por la Comisión de Medio Ambiente del Govern, y asimismo es una de las peticiones de estos residentes en Vila.

No es prioritaria
Por fin, en octubre de 2019, más de un año después, el departamento de gestión del Territorio, Infraestructuras Viarias y Lucha contra el Intrusismo del Consell d’Eivissa respondió a sus reiteradas peticiones, aunque, lejos de ofrecer una solución a corto plazo, después de tantos años esperando, reveló que esta intervención en la red viaria de Ibiza no se considera prioritaria y ocupa el lugar número 40 de las 49 actuaciones que contempla el Plan de Acción en materia de ruidos de la red viaria del Consell.

Es decir, la administración insular contempla esta medida, pero nadie sabe cuándo se podrá hacer realidad. Eso sí, el citado plan ya recoge cómo serán las pantallas acústicas que algún día se instalarán: de dos metros de altura durante un tramo de 255 metros en la zona residencial y de 4,5 metros de alto a lo largo de 421 metros en la zona más próxima al hospital Can Misses.

Este proyecto también propone la sustitución del pavimento por un asfalto poroso fonoabsorbente, pero de eso tampoco hay noticias.

Ahora, en 2021, 15 años después, los vecinos de la calle Sa Vénda des Coloms, un total de cuatro bloques, preparan un nuevo escrito ante el Consell d’Eivissa para volver a reclamar lo mismo. No desisten, y esta vez tienen la esperanza de que, al menos, no pasarán otros 15 años hasta que las instalen.