Aspecto que presentaba ayer la piscina central de las instalaciones del antiguo Aqualandia, que se denominará Club Seventyseven Ibiza | Daniel Espinosa

Club Seventyseven Ibiza. Así se denominará el antiguo parque acuático Aqualandia, ubicado en es Cap Martinet, que ha anunciado su reapertura para este verano, una vez que finalicen los últimos detalles de unas obras de reforma integral del establecimiento que han atravesado diversas vicisitudes.

Este parque acuático abrió sus puertas a finales de los años 80 como anexo al hotel que ahora es Destino Pacha Ibiza. En los 90, fue adquirido por un grupo de inversores italianos que lo dirigieron hasta 2005, cuando pasó a manos de la empresa Giallo40, actual propietaria. Durante estos años, en los que se ha alternado su apertura con largos periodos de cierre, también se ha denominado Paradise Club y The One Ibiza Hotel.

Su inauguración como Club Seventyseven Ibiza estaba prevista para el verano de 2020, pero diversos problemas con las obras, que fueron paralizadas en febrero del año pasado, y el efecto de la pandemia obligaron a cancelar las previsiones. Ahora, todo apunta a que este amplio recinto de esparcimiento de unos 15.000 metros cuadrados volverá a abrir sus puertas convertido «en club deportivo, y no en una discoteca, como he oído decir a menudo», puntualiza Lorenzo Malafarina, administrador único de Giallo40, una empresa con sede en Jesús y que asimismo está llevando a cabo varios proyectos de alojamiento y ocio en Italia, entre los que destacan la conversión en sendos hoteles de dos faros situados al sur del país.

El Club Seventyseven Ibiza destaca por su piscina principal, de 1.200 metros cuadrados, un gimnasio de 500 metros de superficie con espacios al aire libre y áreas de fitness y crossfit interiores y exteriores dotadas con máquinas para el entrenamiento personal y en grupo. La programación de eventos deportivos será una de sus características identificativas, sin olvidar, como recuerda Malafarina, que se trata de un club «que ofrecerá la máxima calidad en el servicio».

Este antiguo parque acuático ha suprimido los toboganes y ha reorientado su propuesta hacia un turismo internacional de mayor poder adquisitivo, «que aprecia una experiencia exclusiva y personalizada». Además de su enorme piscina, Club Seventyseven cuenta con otras dos piscinas más pequeñas de agua salada -una de ellas con sistema de nado a contracorriente- en medio del pequeño pinar del recinto, así como un gran jacuzzi. Los clientes podrán disfrutar asimismo de un lounge bar y un restaurante con especialidades de la cocina italiana, «una emoción enogastronómica con auténticos sabores que se distingue y se diferencia de cualquier otra por su elevada calidad y creatividad», como expresa el propietario. El club también dispondrá de guardería con monitores profesionales. «Estoy seguro de que los ibicencos y turistas van a encontrarse con una propuesta nueva, de gran calidad, que sabrán apreciarla», afirma Lorenzo Malafarina.