Vista de las obras de las polémicas casas de madera de Can Germà. | Arguiñe Escandón

El Departamento de Urbanismo y Actividades del Ayuntamiento de Sant Antoni decidió ayer desestimar el «efecto del silencio positivo» respecto a la solicitud de licencia urbanística por parte de la Sociedad Cooperativa Els Senadors para la edificación de viviendas en una finca de la zona de Can Germà.

Según señala el Consistorio en un comunicado, el informe del arquitecto municipal concluye que «en esta finca se está procediendo a la ejecución de una edificación de uso residencial in situ, y no a la ubicación de casas prefabricadas como indican los proyectos».

En el informe se acredita, continúa el comunicado, que el proceso constructivo corresponde a viviendas de nueva planta con sistema tradicional, en este caso mixto, de hormigón armado y madera.

Asimismo, se considera que no se trata de viviendas prefabricadas «por el proceso constructivo empleado, por la prolongación en el tiempo de los trabajos, por los residuos generados y por las características de la documentación que componen los proyectos».

Ante todas estas evidencias, desde el Ayuntamiento de Sant Antoni concluyen que «se trata de una construcción de nueva planta y, por tanto, es un acto sujeto a licencia urbanística municipal» según la Ley de Urbanismo de las Islas Baleares.

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El comunicado indica que ya ha notificado la resolución a los promotores y que el Consistorio «continuará con la tramitación del presente expediente de licencia de conformidad con la normativa urbanística aplicable y siguiendo todos los trámites legales oportunos».

Asimismo, asegura que «la resolución que en su día se dicte no está vinculada al sentido del silencio declarado».

Con esta decisión se da por finalizado el culebrón de las viviendas de Can Germà, que ha sido uno de los puntos calientes de los últimos plenos municipales.

De hecho el concejal de Urbanismo, Miquel Costa, aseguró en sesión plenaria que su departamento había encargado a un despacho de arquitectos un informe que aclarase las discrepancias que había entre los técnicos de la institución en relación con las casas de madera del barrio de Can Germà.

Asimismo, Costa reconoció que su departamento se estaba reforzando en los últimos tiempos para acometer la ingente cantidad de trabajo acumulado desde la pasada legislatura y que contribuyó a que se aplicase el denominado silencio positivo relacionado con esta licencia.