El Juez Decano de Ibiza junto a las representantes de Fundación Conciencia y una de las madres. | Toni Planells

El juez decano de Ibiza, Juan Carlos Torres, se reunió ayer con Alba Pau y Marisina Marí, de la Fundación Conciencia y con madres de menores víctimas de abusos, para poner en marcha la creación de un casal del menor con el fin de mejorar la asistencia a los menores víctimas de abusos.

Marisina Marí, presidenta de la Fundación Conciencia, explicó que el proyecto La casa de los Niños, pretende ser «un equivalente a la Casa de la Dona pero para menores». En definitiva, se trata de un lugar donde acudir ante situaciones de malos tratos, abusos sexuales o cualquier tipo de violencia pueda sufrir un menor, que según explica Marí, «ante estas situaciones no saben si deben acudir a la Guardia Civil, a la Policía, al Juzgado de Menores o dónde». Un lugar con un entorno amable y amigable en el que se reúnan todas las instituciones implicadas y donde se tome declaración al menor una sola vez, y no tener que «pasar de un sitio a otro en una retahíla de declaraciones» tal como explica la presidenta de Fundación Conciencia. Para la puesta en marcha del proyecto es necesaria la implicación de todas las instituciones involucradas, «hacen falta funcionarios judiciales, psicólogos, policía, etc», enumera Marí, que por otro lado también asegura que las reuniones con las instituciones involucradas ya están avanzadas. El lugar más idóneo, según la presidenta de la ONG, sería «una casa de campo, o algún lugar con jardín, en definitiva un lugar donde los menores no tengan la sensación de estar en una comisaría de policía o en un juzgado», «un lugar amable» apunta Alba Pau. Desde la Fundación Conciencia ya tienen alguna propuesta que, de momento, no se atreven a desvelar, pero que pondrán en conocimiento de las instituciones implicadas, así como toda la ayuda y asesoramiento que puedan ofrecer.

Este proyecto de La casa de los niños se puso en marcha a nivel global por iniciativa de la ONG Safe the Children, y en Ibiza se impulsa desde el proyecto Corazones Inocentes de la Fundación Conciencia, cuya presidenta también reivindica que los casos de violencia infantil se traten de manera prioritaria, tal como se tratan los casos de violencia contra las mujeres.

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Por su parte el juez decano, Juan Carlos Torres, puso el foco en lo que vino a llamar la «revictimización y revisibilización secundarias» que sufren los menores al verse expuestos en los juzgados. «Para atender a las víctimas menores en la justicia hay que evitar circulaciones innecesarias dentro del edificio», explicó el juez decano, que en este sentido presentó su propuesta de acondicionamiento de los despachos uno, dos y tres para crear lo que se llama una Cámara Gessel. Se trata de dos habitaciones separadas por un espejo dónde en una de ellas observa y escucha lo que sucede en la otra sin que esta pueda ver o escuchar a la primera. El proyecto que propone en juez decano consiste en una primera sala de espera o ‘amigable’ a la que no se accedería por la entrada principal del edificio, si no por la puerta lateral que da a la parte peatonal de la calle Castilla. En la segunda sala el menor hablaría solo con una persona, en un ambiente privado y tranquilo, ahorrándose el trago de tener que explicar su experiencia también ante el juez y abogados, que estarían escuchando y observando desde la tercera sala a través del espejo unidireccional. Torres apuntó que el uso de este tipo de sala también se usa en otros países para víctimas de violencia de género.

Otro punto al que el juez decano quiso poner el foco es acerca de la construcción de los nuevos juzgados, a los que el arquitecto (Ribas & Ribas Arquitectos) quiso que sus ventanas ofrecieran una vista exterior, no a las oficinas y despachos, sino a los ciudadanos que acuden al edificio. De esta manera las ventanas de los despachos uno, dos y tres dan al parque infantil de la plaza de Sa Graduada, de manera que los menores no perderían su referencia exterior. «Se trata de una herramienta fundamental para proteger la privacidad y evitar la revictimización secundaria que supone que el niño o la niña tenga que entrar en una sala de vistas, tenga que circular por los juzgados, tenga que repetir una y otra vez las declaraciones ante distintos los profesionales, y que es inadmisible», aseguró Torres, que calculó que es una obra fácil y factible en un máximo de tres meses.

La presidenta de Fundación Conciencia recuerda que ante cualquier duda se pueden poner en contacto a través de su email corazonesinocentes@fundacionconciencia.org.