Violeta Jorda (a la izquierda) posa con su madre Franceska Jaimes en el puerto de Ibiza. | Toni Planells

Violeta Jorda tiene 14 años y mañana a las 9:30 protagonizará la jornada matutina previa al congreso Vívete Respeto & Libertad que se organiza en Santa Eulària. Violeta protagoniza el documental Yo soy Violeta, que habla del tránsito que hizo esta niña hace ahora ocho años. Tras la proyección, la protagonista del documental hará un coloquio sobre el documental con los jóvenes del IES Quartó del Rei que acudirán al evento.

Una de las preguntas que probablemente se planteen en el coloquio tenga que ver con la que se plantea en el documental: «¿Cómo sé yo que eres un chico o una chica?». Una pregunta que la hija de los exactores porno Franceska James y Nacho Vidal contesta de forma clara: «Todos sabemos lo que somos por cómo nos sentimos. Si tú quieres saber lo que soy solo tienes que preguntar». Violeta es trans, durante toda su vida ha tenido claro que su género es el femenino, y aunque su cuerpo mostrara lo contrario «desde bien pequeñita ya daba señales, decía que quería llamarse Sara por ejemplo», recuerda su madre.

La libertad que necesita
Su madre, Franceska, que acompaña a Violeta durante estos días de congreso en Ibiza, recuerda el día en el que Violeta le expresó con toda normalidad que era una niña con solo seis años. Franceska le mostró un vídeo sobre la historia de un joven trans canadiense ante la que Violeta le dijo a su madre «a mí me pasa lo mismo. pero al revés».

La madre de Violeta reconoce que las señales que le había ido dando su hija hasta entonces eran más que evidentes, y muestra cierta culpabilidad por no haberlas sabido descifrar antes. «A la hora de ir a comprar ropa siempre iba directa a la ropa de niña, a la más rosa y con más brillo», explica como ejemplo de esas señales que su hija le había estado dando desde el principio. Así, desde el momento en el que Violeta expresó abiertamente su condición femenina, en su casa no dudaron en darle «la libertad que necesitaba para ser quien es», tal como explica su madre, «enseguida le compramos ropa, y lo explicamos a todo el entorno: familia, amigos, colegio…».

Violeta apenas tiene recuerdo de su época como Ignacio, lleva más de media vida viviendo de manera natural su condición femenina, de hecho a la hora de explicar alguna anécdota respecto a esa época necesita el apoyo de su madre, que corrige uno de los momentos que Violeta trata de recordar. Se trata de un viaje que hicieron a Port Aventura por Halloween. Violeta decidió disfrazarse de su personaje favorito de las Monster High: Draculara, cuando una señora se acercó a ella, entonces todavía le trataban como él, y tras comentar lo «guapa» que estaba con ese disfraz le preguntó su nombre, la respuesta inmediata fue «Violeta». Y es que Franceska explica emocionada que «me había escuchado decir que quería tener una hija y que la iba a llamar Violeta». De esta manera la pequeña Violeta ya declaraba inocentemente sus intenciones de manera clara, y aunque su nombre favorito era Sara, con su transición se acabó llamando Violeta, «es mi hija y el nombre se lo puse yo» aclara Franceska, que no pierde la ocasión para agradecer la aprobación de la nueva Ley Trans.


‘Bullying’

Sin embargo, aunque en el caso de Violeta el respaldo de su familia y entorno han convertido su historia en un ejemplo de tolerancia, por desgracia no todas las personas trans pueden vivir su transición con la misma normalidad. Franceska recuerda con emoción un caso cercano a su familia, se trata de Alan, un niño trans que no pudo soportar la presión y que acabó con su vida a los 17 años tras ser víctima de bullying en su escuela.

Violeta también fue objetivo de acoso por parte de algún compañero en un momento dado.

La madurez de esta niña a sus 14 años hace que le quite importancia a este hecho, «yo creo que a todo el mundo le pueden hacer algo en algún momento» explica Violeta mientras encoge los hombros. Franceska explica que tuvo que insistirle para que se lo contara y que al explicarlo en el colegio el problema se acabó inmediatamente, «incluso el niño le escribió una carta» recuerda la madre de Violeta.

La solución ante este tipo de actitudes homófobas y de bullying tanto para Franceska como para Violeta pasan por la educación y por la información, «hay que comunicarlo», coinciden en recomendar madre e hija. «Es un trabajo de equipo que se debe hacer desde la familia y desde los centros de educación, para que el niño o la niña no deba defenderse solo», explica Franceska, que considera que «los niños que hacen bullying lo hacen por desinformación, ellos no son conscientes del daño que ejercen a la otra persona, por eso hay que crear esa conciencia que es la que hace que las personas cambien».

Congreso
Por la tarde, a partir de las 16:30 horas comienza, con la actuación musical de Acustic Sun, el congreso propiamente dicho, que presentará Elsa Ruiz y que contará con la presencia de Angela Ponce, Paco Tomás y Ana Cerezuela. Además de los representantes de las asociaciones Ibiza LGTB, Servicio de atención integral LGTBIQ+, Sa clau de s´armari y Chrysallis Baleares.

Una jornada englobada dentro de la semana del Ibiza Gay Pride y que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Santa Eulària y del Consell, así como la colaboración del Hotel Aguas de Ibiza e Insotel Hotel Group y el apoyo de Moto Luis, Dipesa Group, Exclusivas Miró, Atzaró y Chiringuito Blue.