La jornada se desarrolló en el hotel Torre del Mar y fue dirigida por la periodista Montse Monsalve | Daniel Espinosa

Aunque la temporada turística de 2021 no ha terminado definitivamente, el sector mira ya hacia 2022 tras dos años en los que la pandemia de COVID-19 ha trastocado todo. Y lo hace con optimismo pero también con prudencia porque, tal y como se ha constatado en estos últimos meses, nada es aún lo suficientemente estable como para dar por hecho que Ibiza volverá a recuperar los históricos resultados obtenidos en 2019. Así quedó claro ayer en la jornada de trabajo organizada por Neobookings en el centro de convenciones del hotel Torre del Mar. Una jornada en la que diversos representantes del sector ofrecieron una amplia radiografía de la situación del mismo en estos momentos.

Lo hicieron en una mesa de debate en la que participaron el director insular de Turismo, Juan Miguel Costa; el vicepresidente de la Federación Hotelera, Juanjo Riera; la presidenta del sector de Restauración de la Pimeef, Verónica Juan; el gerente de la asociación Ocio Ibiza, José Luis Benítez, y empresarios como Marc Rahola, David Muñoz, Juan Pantaleoni y Alberto Torres. Todos ellos constataron que la de 2021 ha sido una temporada anómala que, sin embargo, ha transcurrido mucho mejor de lo inicialmente esperado. La pregunta clave es qué sucederá dentro de un año. Desde la Federación Hotelera, Juanjo Riera apuntó que el comportamiento actual de los turoperadores y de los bancos de camas indica que «si no hay ningún imprevisto, la de 2022 puede ser una gran temporada». Riera, no obstante, dejó también claro que hay problemas del sector que nada tienen que ver con la pandemia y que requieren de soluciones rápidas como son la oferta ilegal o la falta de profesionales. «Yo soy de Sant Jordi», dijo con ironía, «y en mi vida pensé que Sa Carroca se convertiría en una zona turística».

Ayudas para «sueños rotos»
La falta de personal cualificado fue también señalada por la presidenta del sector de la restauración de la Pimeef, Verónica Juan, quien subrayó la importancia que tendrá la puesta en marcha de la Escuela de Hostelería de Ibiza. «Es un proyecto precioso y ambicioso reclamado desde hace años», recordó Juan. La empresaria, por otro lado, fue la más realista en su análisis de cómo el COVID-19 ha afectado al sector. Dejó claro que, aunque las cifras de 2021 hayan sido buenas, el éxito no ha llegado a todos por igual. Y recordó que «ha habido muchos sueños rotos» y que muchas empresas «se han quedado por el camino». Para ellos, reclamó «algún tipo de ayuda», tanto para que puedan saldar sus deudas como para poner en marcha otros proyectos.

El director insular de Turismo, Juan Miguel Costa, aseguró, por su parte, que en este 2021 la marca Ibiza ha dado «alegrías» y ha permitido «salvar los muebles». Pero también subrayó que, todo lo sucedido y las decisiones tomadas para hacer frente a la crisis, han permitido «enganchar a mercados a los que antes no se llegaba», como es el caso de Francia y Suiza.

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El gerente de Ocio de Ibiza, José Luis Benítez, defendió el papel de la noche en la isla. Benítez lamentó que haya quienes rechazan la reapertura de las discotecas y recordó que estos establecimientos son «productos de lujo», con precios «muy elevados» tanto en las entradas como en las consumiciones. Una forma de destacar el papel del turismo que viene atraído por esta oferta. Los empresarios Marc Rahola, Juan Pantaleoni, Alberto Torres y David Muñoz, expusieron, por su parte, cómo han afrontado la pandemia y mostraron su confianza ante el futuro inmediato. Sobre todo, considerando que el sector turístico ibicenco, según señalaron, ya lleva años «con los deberes hechos».

Cambios que no se irán
La jornada organizada por Neobookings sirvió también para conocer algunos datos de la temporada turística de 2021 y los cambios que se han producido con respecto a años anteriores. El CEO de la compañía, José María Ramón, dejó claro que las variaciones en el comportamiento de los clientes «han llegado para quedarse». Puso como ejemplo el hecho de que las reservas ya no se hacen con tanta antelación o la búsqueda de seguridad sanitaria. Un punto, este último, que puede servir a Ibiza para hacer frente a países competidores como Grecia o Turquía. Ramón también señaló que las empresas están hoy obligadas a «mirar los datos día a día» porque la pandemia ha provocado que «todo pueda cambiar en un momento».

Finalmente, llamó la atención sobre cuestiones como qué sucederá cuando el ocio nocturno reabra en condiciones de normalidad. Y es que a nadie se le escapa que este 2021 ha servido para que numerosos turistas lleguen a Ibiza gracias al cierre de esta oferta. Turistas que antes no habían viajado a la isla debido a la mala imagen que se ofrecía de la misma por la actividad de estos establecimientos. En opinión de este consultor, es necesario que el sector se pregunte cómo compaginará a estos nuevos visitantes con los que llegan atraídos por la noche ibicenca.

A vueltas con la desestacionalización

La tan traída y llevada desestacionalización fue también objeto de debate en la jornada organizada por Neobooking. Todos los participantes en la mesa coincidieron en que, de momento, no es algo que Ibiza vaya a lograr en breve. Eso sí, algunos como el vicepresidente de la Federación Hotelera, Juanjo Riera, apostaron por fórmulas más factibles como abrir a mediados del mes de marzo y cerrar en noviembre. Algo que, añadió, facilitaría también a las empresas encontrar a profesionales a los que contratar: “Si alargas la temporada por los extremos, ofreces más meses de contrato y no te costará tanto encontrar personal”.