El cetrero con el halcón antes de iniciar el vuelo.

Las palomas torcaces (columbus palumbus) se han convertido en un grave problema para el sector agrícola de Ibiza. Estas aves, que normalmente abandonaban Ibiza durante el invierno, han encontrado en Ibiza un lugar en el que quedarse a vivir de manera permanente durante todo el año. Este hecho, una consecuencia más del cambio climático, ha convertido a esta especie de aves en una plaga que supone un serio inconveniente para los cultivos ibicencos.

Por ello, el Consell d’Eivissa ha puesto en marcha un nuevo servicio de control de palomas torcaces con aves de cetrería con el que ya se ha actuado en más de 100 hectáreas en la isla.

Primera experiencia
El presidente y conseller de Promoción Turística, Medio Rural y Marino del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, hizo ayer balance del servicio que se ha contratado este año por primera vez para controlar este tipo de palomas a través de aves entrenadas en la cetrería.

Marí explicó que el objetivo de la contratación de este servicio es la reducción de los daños que ocasionan las palomas torcaces en las explotaciones agrarias de Eivissa derivado de su situación como «plaga».

Así, los daños que provocan las palomas torcaces en los cultivos suponen que cada año el Servicio de Caza reciba multitud de solicitudes de campesinos pidiendo autorizaciones excepcionales para poder hacer control de estas torcaces fuera de su época de caza.

Continuidad
El servicio de cetrería comenzó el 1 de julio y finalizará el 31 de octubre, «y ha dado tan buenos resultados que nuestra intención es ponerlo en marcha nuevamente el próximo año» según avanzó el presidente del Consell.

La empresa encargada del servicio es Nebli Centro de Halcones, de Burgos, con una larga experiencia en el control sobre poblaciones de aves con halcones, cuyo equipo de rapaces consiste en seis halcones y tres águilas Harrris.

El encargado de Nebli, Juan Antonio Sánchez, explicó que las actuaciones realizadas consisten en realizar vuelos de rapaces sobre los cultivos con el fin de capturar palomas torcaces y/o asustar y confirmar a las aves a descastar que la zona está ocupada por una especie enemigo potencial para ellas y así eviten la zona. Cada rapaz hace un vuelo por día.

Sánchez también explicó que estos vuelos diarios deben realizarse a diferentes horas del día, ya que las torcaces son capaces de calcular las horas en las que las rapaces acechan su territorio.

Una plaga
En total, han sido más de 100 hectáreas en fincas de toda la isla las que se han beneficiado de este servicio.

La técnico del Servicio de Caza, Eva Tur, explicó que con esta actuación se ha dispuesto de una nueva herramienta para luchar contra la plaga de las palomas torcaces en el campo de la isla, una situación que se ha vuelto muy preocupante para los productores, ya que las palomas torcaces ya no migran en invierno.

«Antes se marchaban los meses de frío, pero ahora se encuentran en un lugar donde tienen todo lo que necesitan con una muy buena climatología, y hacen tres crías al año, lo que supone una sobre población de palomas torcaces inasumible para el campo».

Se ha actuado en diferentes tipos de cultivo, desde huerta de lechuga, pimiento y col, viña, olivo o aguacate.