Siempre la misma historia. Para la ciudad de Ibiza, la lluvia es sinónimo de inundación de aguas residuales. Un problema que, a veces, es consecuencia del mal estado de la red de alcantarillado y otras por la falta de separación de aguas pluviales y fecales. Además, que la nueva depuradora de Ibiza no pueda estar en funcionamiento hasta 2023, no favorece para nada la situación actual.

Ayer volvió a suceder: un vertido de aguas fecales se produjo en el puerto de Ibiza, en concreto, en la fachada marítima. La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) activó el Plan Interior Marítimo (PIM) con la intención de contener y acotar estos residuos.

Desde la Conselleria Balear de Medio Ambiente expresaron que el tanque de tormentas funcionó de «manera correcta» y, por tanto, los residuos de ayer «no son atribuibles a un mal funcionamiento del depósito».

Cabe recordar que este tanque de tormentas es una obra que ejecutó el Gobierno central y que recepcionó el Govern el año pasado.

Medida urgente
Ambas administraciones han advertido en varias ocasiones que esta infraestructura no es garantía de que no haya vertidos en el puerto de Ibiza, ya que no están totalmente separadas las redes de pluviales y fecales de la ciudad de Ibiza, algo que es competencia del Ayuntamiento.

«Hasta que no se complete la separación de ambas redes, no se resolverán completamente las molestias que sufre la ciudadanía como, por ejemplo, el derramamiento de aguas fecales a las instalaciones portuarias», destacó Miquel Mir, conseller balear de Medio Ambiente, el mismo día en que se puso en marcha el tanque de tormentas, el 30 de junio del año pasado.

El tiempo le ha dado la razón ya que pese a la puesta en marcha del depósito siguen produciéndose vertidos tóxicos en el espejo de aguas del puerto de Ibiza. Una medida que, para Joaquín Manuel, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del puerto de Ibiza, es muy urgente si se quiere resolver esta problemática.

«La separación de las redes de pluviales y fecales es la medida más urgente y definitiva que se debe ejecutar. Ya basta de que los políticos se hagan fotos en actos innecesarios. Tienen que levantar las calles y las tuberías, tienen que solucionar este problema inmediatamente», subrayó molesto e indignado.

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Una sensación de impotencia que también comparten algunos vecinos que viven en zonas castigadas por el vertido de aguas fecales a causa de la lluvia. Entre ellos, los empleados que trabajan en la calle Pere Francès.

«Estamos hartos de los vertidos. Las calles acaban anegadas de estos residuos y nos vemos obligados a instalar grandes tablones de madera para proteger los locales», subrayó Víctor Pérez. Este asesor inmobiliario trabaja en esta calle desde hace años y afirma que ha visto de todo.

Desde desechos que atascan tuberías hasta vertidos residuales con restos sólidos. Lo mismo ocurre con Carmen Romero, trabajadora de la carnicería Can Marsoc. Esta mujer destacó indignada que es «ridículo» que siempre pasen las mismas cosas. «Lo normal sería solventar de una vez por todas los problemas de alcantarillado y desagües de toda Ibiza.

No es normal que cada vez que llueva tengamos siempre estos problemas; vertidos fecales, sangre, toallitas… y todo inundado», afirmó con rostro de preocupación.
En este sentido, su compañero de faenas puntualizó que Ibiza necesita un lavado de imagen completo, puesto que también hacen falta tratamientos de fumigación, desratización y de limpieza exhaustiva en las calles.

De Pere Francés a la zona de Sa Llavanera, otra de las áreas más castigadas por los vertidos en Ibiza. «Se han vuelto a inundar las calles de heces, el hedor era insoportable», destacó Jordi Cardona, trabajador en la nave de Nissan. Este periódico pudo comprobar sobre las 12 del medio día el olor insoportable a pie de uno de los colectores principales, ubicado entre la calle Francesc Llaudes Pineda y Camí des Camp.

Una situación que Jordi lleva denunciando durante meses. «La última vez que se publicó algo sobre este problema, al día siguiente vinieron dos camiones de limpieza, pero ya está. En ningún momento se ha limpiado la red de saneamiento», puntualizó este vecino de Ibiza.

Baleares, en alerta amarilla por rachas de hasta 80 kilómetros por hora

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) informó ayer de que Baleares está en alerta amarilla por fenómenos costeros y vientos que podrían alcanzar rachas máximas de 80 kilómetros por hora. Según indicó la Aemet, el viento del norte y nordeste podría alcanzar fuerza nivel siete con olas de hasta nueve o diez metros.