El samaritano Cristóbal Ibiza, enseñando la nevera donde guardan alimentos para quienes más lo necesitan. | Marcelo Sastre

Entre este pasado lunes y el pasado jueves de esta semana, el grupo solidario ‘La Voz de los que Nadie Quiere Escuchar’ ha asistido a más de 20 familias, lo que supone llegar a más de 75 personas. Según aseguraron este viernes, desde que comenzó la pandemia han ayudado a unos 16.000 usuarios.

Esta cifra evidencia que la crisis persiste para muchos y, de hecho, otra vez el número de usuarios sin recursos ha comenzado a subir, principalmente ahora que ha finalizado la temporada turística. «Vinieron dos camareras de piso; han trabajado tres meses y no podrán ni cobrar la ayuda», aseguraron ayer los responsables de este local en el que se reparten alimentos y otros productos de primera necesidad. «También hemos conseguido trabajo para unas 20 personas», añadieron.

Cristóbal, nombre ficticio con el que se conoce a uno de los impulsores de la iniciativa, sorprendió estos días al comunicar en las redes sociales de la asociación que no descartaba cerrar después de las Navidades: «Llevamos en este local unos dos años. Psicológicamente afecta. Es mucho tiempo y los problemas de la gente me los llevo a casa».

El impulsor de ‘La Voz de los que Nadie Quiere Escuchar’ explicó que el alquiler del establecimiento, unos 500 euros al mes, lo pagan entre los colaboradores con una caja de resistencia. Por el momento, tienen fondos hasta el próximo mes de mayo. «Los años, el cansancio y escuchar día a día los problemas de muchas personas, hacen que todo esto a algunos nos pase factura. Estamos pensando seriamente en marcharnos», explicó este hombre a través de un mensaje difundido en redes.

Abierto de lunes a jueves
También aconsejó a personas inquietas como él que «si se quiere, las cosas se pueden hacer», huyendo de burocracias y papeleos y sin tener que vincularse a instituciones, algo que ha evitado desde el primer momento. «Los mismos vecinos de la zona no quieren que cerremos. Atendemos, por ejemplo, a un señor que está jubilado y que con una pensión de 400 euros, no llega», dijo también.

El local está abierto de lunes a jueves, de 08.00 a 12.00 horas, y los viernes y sábados de 17.00 a 21.00 horas. Cualquier persona que les necesite, encontrará a los miembros de este grupo solidario en la calle Archiduque Luis Salvador 23 de la ciudad de Ibiza.

Durante todos estos años, son numerosos los problemas a los que el colectivo ha tenido que hacer frente. A comienzos de 2021, vieron cómo se archivó finalmente la multa de 1.500 euros interpuesta por falta de documentación del local utilizado para entregar comida a la gente necesitada. La multa había sido interpuesta por la Policía Local de Ibiza el 24 de abril de 2020, en pleno confinamiento, por «no disponer de documentación obligatoria en el lugar donde ejercita la actividad», según recogía la notificación de inicio del expediente sancionador. Tras ello, numerosos ciudadanos se ofrecieron a pagar la multa, recibiendo incluso una donación de 1.500 euros. Un bufete de abogados de Palma de Mallorca fue el que presentó el recurso contra la sanción del Ayuntamiento de Ibiza.