Ricardo Urgell. | Marcelo Sastre

Ricardo Urgell nació en Barcelona hace 84 años, tiempo suficiente para ser «el hombre que más discotecas ha abierto en el mundo». En la entrevista de Toni Ruiz, la directora de la TEF, Sonia Escribano, y el director de Periódico de Ibiza y Formentera, Agustí Sintes, en el BNP de anoche, Urgell planteó una enmienda a la totalidad a su trayectoria, al menos a los últimos años. «Lo que más me gustaba era abrir locales. Por eso abría tantos y encima ganaba dinero». Y aún le quedan ganas de abrir más, tal como ha anunciado hace unos días.

¿Le gusta la música?
—La música de hoy en día me horroriza.

Cuatro años después de vender Pacha, con 84 años y no tienen intención de jubilarse a tenor del Lío que tiene intención de abrir en Formentera.
—Si no tengo lío, me aburro. Estar retirado es horroroso. Quiero hacer un restaurante espectáculo, como el Lío. En la vida necesitamos motivos y cosas que nos aporten y pasarlo bien.

En alguna ocasión ha dicho que Formentera estaba masificada.
—Formentera no está masificada. Formentera tiene las aguas más bonitas de las Pitiusas, luego sol y playa. Cuando se acaba el sol, la gente quiere algo más. Juanma Costa me dijo un día que debíamos hacer algo porque la gente se aburre, que haya algo más de diversión. A las 22 horas no saben qué hacer. Será en el antiguo restaurante Caminito y se llamará Tararí que te vi.

¿Ese será el nombre?
—Me lo acabo de inventar.

¿Se llamará Lili?
—Aún está por decidir, pero podría ser Lilí. Será un restaurante con espectaculito, no tan grande como el de aquí. El de aquí cuando abrí, había denuncias porque desde la ciudad vieja oían. Me llamó el alcalde y me dijo «no te preocupes que no te pasará nada porque con el éxito que tienes...». Lío es reconocido en todo el mundo y ahora todo el mundo quiere hacer Líos.

¿Abrirá este verano?
—Todo son problemas. Hay uno básico y no son los políticos: los funcionarios. Para llevar a cabo a cualquier proyecto, todo es complicado. ¿Por qué? Porque hay unos que viven del cuento.

¿Más que en Ibiza?
—Yo estoy al lado s’estany Pudent que depende de Costas. Los de Costas de Palma buscan tres pies al gato porque le voy a poner tres cosas… El restaurante va a ser exactamente igual que era, simplemente vestido y decorado. Si no hubiera problemas, la administración no existiría. Necesitan hacer ver que hacen algo.

Dijo que se ha arrepentido de vender Pacha.
—Mucho. Una cosa que has creado durante 51 años, es un hijo tuyo. Me he quedado huérfano.

¿Por qué lo vendió?
—Tenía 80, mis hijos no estaban por la labor. La vida tiene un plazo. Estoy muy triste, más de lo que se puedan imaginar.

¿Cómo ha cambiado el concepto de ocio y la percepción del ocio?
—Estoy en contra del ocio. El mundo de hoy es feo, no tiene el color y el sabor que tenía. Por donde ha pasado el hombre, no crece la hierba, somos depredadores, estropeamos todo lo que tocamos. El mundo de la noche que yo conocí, cuya representación sería el Flower Power, con una música más atractiva… El chumba chumba es impresentable, es horroroso el mundo de la noche. Si yo hubiera continuado, tenía el proyecto para cambiar mundialmente el concepto de los djs de la musiquita impresentable. No tiene ni pies ni cabeza.

Usted pagó mucho dinero para que esos dj actuaran en Pacha.
—Vivimos en un mundo de borregos. El consumismo produce este fenómeno. No hay criterio. El producto de hoy es de pena. No se baila, solo levantan los brazos, no hay feelling, no hay gracia, no hay atractivo, es un mundo de borregos, es un mundo con muy poco sabor. Ahora tenemos una sociedad que valora lo feo. Peinados, pantalones rotos, tatuajes, pircings… La moda es fea, la música es fea, es un mundo que no tiene ninguna gracia.

Usted critica todo aquello en lo que participó activamente. ¿Eran borregos también en Pacha haciendo lo mismo que los otros?
— Yo era el primero que traía la música electrónica. Yo traje Ministry of Sound y fue un éxito rotundo. No cabían los ingleses por la puerta y conducimos al ganado a este consumo.

Hace como Pepe Roselló que critica el ocio diurno cuando su éxito fue un after hour.
—Pepe Roselló vivió del cuento (…) Tiempos pasados fueron mejores decía mi güela que decís aquí. Cuando vuelvo a algún lugar después de años, ha perdido aquel sabor que tenía.

¿Los turistas deben de pensar lo mismo de Ibiza?
—No, porque no se enteran. No conocieron la otra Ibiza.

¿Cuál era su plan para transformar el mundo del ocio?
— Un restaurante con un espectáculo es algo más dulce que chumba chumba. Nos gusta el vicio, el sexo, las drogas y el rock an roll, pero conocí un mundo de la noche más dulce que el de ahora.

Las discotecas cerradas durante dos veranos...
—No sé qué pasará. Pinta mal. Ahora otra variante, hoy me han dicho que me tengo que pinchar otra vez. Es muy grave, no para las discotecas, para el mundo, todo son problemas, cada vez tendremos más… Lo veo muy negro.

¿Qué han hecho mal los empresarios de la noche para que ahora haya una parte de la opinión pública en su contra?
—Todas las cosas degeneran. Solo hay que ver cómo era el París de los años 50 para darse cuenta. La degeneración progresa, el mundo de la noche cada vez huele peor. No es por las drogas, porque si no las toman en la discoteca, las tomarán en casa. El éxito te lleva a la depravación y a la vulgaridad y a lo feo, hoy por hoy la noche es fea.

¿La droga es un problema?
—A ver si nos enteramos. Solo hay una droga: la legal, el drinking.

Usted ha vendido mucha...
-—Millones de litros, imagínese. La droga verdadera es el alcohol. Siempre era el borracho el que te la liaba, el agresivo, el que olía, el que vomitaba, el desastre siempre era el borracho. Vivimos en una fantasía sobre las drogas porque la más perjudicial para la salud, la más dura y la más cruda es el alcohol. Los que me vendían alcohol ahora estarán enfadados conmigo. El alcohol se seguirá vendiendo y el mundo de la noche existirá siempre, nos gusta la golfería, la fiesta, el cachondeo y nos gusta ligar.