Un hombre lee un libro mientras descansa y huye del frío frente al centro de primera acogida. | Toni Planells

Ante la llegada del frío, los Ayuntamientos de Ibiza han ido adoptando distintas medidas desde sus concejalías de Servicios Sociales.

Desde Santa Eulària se activó el pasado miércoles 12 un dispositivo similar al que se puso en marcha durante las Navidades. El dispositivo consiste en el acuerdo con un hostal, que pone a disposición una serie de habitaciones que pueden ser ocupadas en cualquier momento.

Un modelo que «permite adaptarse a las condiciones sanitarias ya que cada usuario tiene una habitación propia y también resulta más económico», según el Consistorio. A la vez, los Servicios Sociales tratan de localizar a personas que les consta que habitualmente pernoctan en la calle del municipio, y así poder ofrecerles la posibilidad de pasar unas noches en dicho hostal. Paralelamente, la Policía Local mantiene contacto directo con el hostal para poder ofrecérselo a quién lo pueda necesitar. En Navidades nadie utilizó este servicio y hasta el momento solo un usuario ha aprovechado este servicio (una persona que temporalmente se ha quedado sin vivienda).

En Sant Antoni también se puso en marcha el dispositivo de ola de frío para las personas sin techo del municipio el pasado miércoles día 13. El Consistorio ha habilitado un espacio de pernocta en los vestuarios del auditorio de sa Punta des Molí para seis personas, que estará operativo de 20.30 a 08.30 horas. El dispositivo se mantendrá activo hasta el martes, 18 de enero, con opción de ampliarlo según la evolución de las temperaturas.

Vila ha habilitado seis plazas extra en su espacio de primera acogida, el único de toda la isla abierto durante todo el año. Este espacio dispone de 13 plazas más dos para emergencias, por lo que con motivo de la ola de frío son 21 las plazas que Vila pone a disposición.

Por el momento, Sant Josep no ha tenido que poner en marcha su protocolo en el que, desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento, se ofrece alojamiento en un hostal a las personas que lo necesitaran.

Percy Lilley, quien vive y duerme en la calle, descansando. Foto: Toni Planells.

Organizaciones

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Cruz Roja cuida de quienes duermen en la calle desde distintos servicios. En Vila, la unidad móvil sale cada noche, de 20.00 a 24.00 horas, para ofrecer bebida caliente, sopa, productos de higiene personal y mantas a quienes más lo necesitan. Esta misma función se lleva a cabo en Sant Antoni los lunes, miércoles y viernes. Cruz Roja también ofrece servicios de ducha caliente y cambio de muda.

Cáritas también asiste a pie de calle a quienes más lo necesitan desde distintas acciones, siempre en contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento y Cruz Roja. Gustavo Gómez, coordinador de Cáritas en Ibiza, explica que «en episodios de bajas temperaturas tenemos más flexibilidad, por ejemplo, a la hora de admitir en el comedor a gente que, a lo mejor, no está apuntada en las listas. También alargamos un poco los tiempos en los que se abre el centro de día».

Sin embargo, expresa especial preocupación por «el frío de las noches, la gente que duerme en la calle y no tiene otro recurso». En este sentido anima a quién lo necesite a aprovechar los recursos que el Ayuntamiento de Vila a implementado en el centro de primera acogida. Por lo demás asegura que trabajan en coordinación con las demás entidades y que están atentos a cualquier necesidad que pudiera surgir.

En primera persona

Evelyn y Leonor duermen en el centro de primera acogida, en sa Bodega. Tienen acceso a este servicio a partir de las 21.00 horas hasta las 07.30 horas. «Allí todos tosen», se quejan mientras, con humor, comparan la noche en el albergue con «un concierto». Además, aseguran que «hace unos días que no funciona la calefacción», aunque reconocen que «por las noches, en la cama, no pasamos frío», aunque sí en cuanto deben salir de ella. «Cuando te levantas en plena noche para ir al baño hace mucho frío», matiza Evelyn. A partir de las 07.30 horas deben abandonar la instalación. A partir de entonces, tanto Leonor como Evelyn, pasan buena parte del día en el Parque de la Paz o «paseando por la ciudad para entrar en calor». «Lo peor es de 17.30 horas a 21.00 horas», apunta Evelyn. Se refiere a las horas que transcurren entre el momento en el que se pone el sol y cuando pueden acceder al centro de sa Bodega.

Evelyn y Leonor pasando la mañana en la Plaza del Parque. Foto: Toni Planells.

Evelyn ha conseguido un pequeño refugio para refugiarse durante las primeras horas de la noche del invierno. Se trata de una terraza de un restaurante cerrado durante el invierno, «con autorización del dueño», aclara.

Leonor asegura que «abrigándote y paseando ya está» para combatir el frío del invierno en Ibiza. Su mayor preocupación gira en torno a la humedad de su ropa, ya que «podemos lavar nuestra ropa, pero no secarla. Y ahora que los radiadores no funcionan es más complicado; tenemos que buscarnos la vida».

Percy Lilley vive y duerme en la calle, al lado del puerto. Este septuagenario sudafricano, que ha vivido en las calles de distintas ciudades, asegura que lleva cerca de un lustro en las calles de Ibiza. Respecto a las bajas temperaturas de las pasadas noches, Lilley asegura con humor que «aquí es mucho mejor que en Inglaterra». Explica que, con las mantas que le facilitan desde la Cruz Roja es capaz de capear el invierno sin más dificultad. Se muestra especialmente agradecido a esta entidad por la ayuda que le ofrecen durante todo el año.