IBIZA DIA GRANDE DE SANT JOSEP | Marcelo Sastre

Sant Josep vivió ayer con pasión sus actos religiosos en el día grande de sus fiestas patronales bajo la nueva normalidad. Desde las 12:00h, la Iglesia de Sant Josep se colmó de decenas de fieles que siguieron atentos la homilía oficiada por el obispo de Ibiza, Vicente Ribas Prats. Durante el discurso, Ribas lanzó unas palabras de condena al ataque ruso contra Ucrania.

«Llevamos varios días con el corazón encogido, como todos vosotros, debido a la guerra», expresó el obispo al inicio de la homilía. En este sentido, señaló, después de orar por la paz, que todo lo recaudado ayer irá destinado a las víctimas del país ucraniano.

Mientras decenas de fieles presenciaban esta misa solemne, la plaza de la Iglesia no tardó ni una hora en llenarse de gente. «Estamos esperando con muchas ganas que empiece la procesión», señaló la vecina María Marí frente a la puerta de la parroquia.

Afluencia
Pese a la afluencia de ayer, casi 400 vecinos, varios asistentes destacaron que el pronóstico de mal tiempo y la «lenta» recuperación de la covid generó un ambiente más desanimado que durante los años prepandemia.

«Esta fiesta era un referente nacional. Siempre la esperábamos con muchas ganas, ha venido menos gente que otros años», explicó Javier Ribas mientras le daba un bocado a su orelleta.

Por su parte, el alcalde de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, subrayó que esta leve bajada de asistencia está dentro de la lógica tras dos años muy complicados. «La gente continúa teniendo miedo. La herida sigue siendo muy reciente, pero estamos regresando a la normalidad», apuntó. No obstante, afirmó que como edil se siente con la obligación de seguir trabajando para conservar todas las fiestas tradicionales. «No todo tiene que ser disgustos», puntualizó. En la misma línea se mostró el conseller de Movilidad, Josep Marí Ribas Agustinet.

Según el conseller, poco a poco se está recuperando la esencia de una de las celebraciones más tradicionales de Ibiza. Una festividad que está protagonizada por la procesión en la que participaron autoridades, hermandades locales, el Grup Folklòric de Sant Josep y numerosos vecinos.
Y, así, entre risas, júbilo y optimismo, pese al cielo grisáceo, los primeros andadores marcaron el inicio de la salida del trono de la procesión sobre el que va la imagen del santo patrón de la localidad.
Ante la mirada emocionada de todos los fieles, todos los participantes de la procesión recorrieron con paso lento el núcleo de la localidad. Este recorrido, que fue corto pero emocionante, fue el preámbulo de la ballada organizada por el Grup Folklòric de Sant Josep.

Algunos de los integrantes, como la veterana Esperanza Ribas, no pudo contener la emoción después de dos años de ausencia. «El día grande de Sant Josep fue una de las primeras fiestas que se tuvieron que anular en 2020 por la pandemia. Tenía muchas ganas de celebrar esta festividad», señaló minutos antes de realizar una exhibición de ball pagès junto al resto de compañeros.

«Somos 15 bailarines. Llevábamos días mirando el pronóstico del tiempo y rezando para que hoy –refiriéndose a ayer– no lloviese», destacó esta risueña mujer en el día grande de Sant Josep.