Robo en una tienda de deporte en Ibiza. | Marina Yeste

«Todos los inviernos ha habido robos pero lo de este año es tremendo. Son contados los negocios que no han sufrido un asalto y más allá del material o dinero que te roban está el daño que provocan. Una puerta destrozada supone desembolsar más de 300 euros». Son palabras de Vicente, un vecino del centro de Vila afectado por una oleada de robos que se prolonga en el tiempo.

Bares o cafeterías, pero también tiendas de moda o negocios de chucherías. Toda clase de establecimiento se ha visto golpeado por unos delincuentes que han extendido el modus operandi del «reventón». Cualquier objeto contundente les vale para quebrar o hacer añicos las puertas de cristal y perpetrar unos robos que suelen causar demasiados desperfectos para el escaso botín que se llevan.

Ante este panorama, cada vez son más los negocios que al echar el cierre por la noche dejan el cajón del dinero expuesto en la entrada y con carteles con la leyenda: «no hay dinero en caja».

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«A esta gente no les para nada. Las alarmas les dan lo mismo y si lo que buscan es dinero ya les advertimos que no hay», apuntó la dueña de un negocio que fue asaltado semanas atrás.

«Desgraciadamente, era cuestión de tiempo que nos tocase», indicó resignada la dependienta del negocio de lencería asaltado el martes en la avenida Bartomeu Rosselló. 24 horas después el objetivo fue una tienda de deportes ubicada en la avenida Ignasi Wallis.

La UDEV de la Policía Nacional de la comisaría de Ibiza mantiene abiertas las investigaciones por estos robos y el perpetrado el domingo en otra tienda deportiva de la calle Ramón y Cajal.