El hotel de cinco estrellas OKU Ibiza.

El Govern negocia con el PI introducir modificaciones sustanciales en la ley turística que está tramitando el Parlament. La reforma de más calado tiene que ver con el cambio de uso de los hoteles para que establecimientos con la planta obsoleta pueden reconvertirse en viviendas públicas, en edificios sociosanitarios, como por ejemplo, residencias de la tercera edad, o en oficinas.

El PI presentó enmiendas a la ley en esta dirección y el Govern las ha aprovechado para tratar de incorporar algunos cambios al texto que aprobó hace unos meses. En los últimos días ha habido contactos entre miembros de la Conselleria de Model Econòmic y diputados de la formación insularista para tratar de consensuar un texto definitivo.

Se busca promover esta reconversión hotelera que tiene la planta obsoleta ampliando los supuestos en los que se podría llevar a cabo y mirando de manera especial a las zonas en las que se considere que existe    emergencia habitacional. Las empresas de esos hostales y hoteles obsoletos a los que se les autorice el cambio de uso deberán absorber al personal que trabajaba en los establecimientos hoteleros.

Noticias relacionadas

Otra de las modificaciones que se están negociando afecta a las ampliaciones hoteleras. El texto aprobado por el Consell de Govern, que ya está en vigor porque se aprobó por la vía del decreto ley, permite una ampliación de hasta un 15 % de los hoteles siempre que, a su vez, reduzcan un 5 % el número de plazas de que disponen.

El PI también ha presentado enmiendas para modificar este aspecto y lo que se negocia es la posibilidad de que esa reducción de plazas no sea del 5 %, sino que sea proporcional en función del tamaño del hotel o en función del tamaño de la ampliación. Las fuentes consultadas aseguran que en este asunto, como en el cambio de uso, el acuerdo está prácticamente cerrado.

Se busca no reducir más plazas en alojamientos de pequeño tamaño, lo que les dejaría sin apenas rentabilidad.

La tercera modificación que se negocia es la posibilidad de establecer excepciones al cambio general de camas para que en algunos alojamientos no se tengan que poner elevables. La propuesta del PI era que este cambio no afectara a los agroturismos y otros establecimientos con camas tradicionales, antiguas en muchos casos. La negociación con el PI pasaría por no obligar al cambio de camas por otras elevables en lugares que tenga la consideración de Bien de Interés Cultural o que sean bienes catalogados.