Costa, siempre la cosa

Las cosas son en su totalidad lo que parecen y detrás de ellas... no hay nada». Este aforismo escrito por el filósofo y escritor existencialista francés Jean-Paul Sartre, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1964 pero lo rechazó, nos sirve a la perfección para tratar de explicar lo que ha sucedido en Talamanca, donde se ha modificado el deslinde marítimo-terrestre para una parcela concreta y no para sus vecinas, con un notable incremento de su edificabilidad. Y todo ello, en tiempo record.

Así, es natural que haya quien hable a las claras de «pelotazo urbanístico», como hacen desde la Asociación de Vecinos de Talamanca, porque si no lo hay, lo parece. Y las cosas suelen ser lo que parecen, como dice Sartre. Pero dado que no somos expertos urbanistas ni conocemos los intríngulis de la legislación de costas, debemos analizar los hechos tal y como se nos presentan y también la reacción de sus protagonistas, pues a menudo ese es el elemento que corrobora una sospecha o la arrumba. Y ya les avanzo que desde el Ajuntament d’Eivissa se mantiene un estruendoso silencio, algo que resulta inaudito y que sólo hacen los socialistas ibicencos, que ante cada denuncia de irregularidad, la estrategia inalterable es no dar ninguna explicación y atacar al mensajero. Una señal inequívoca de que han sido pillados in fraganti y que no tienen ninguna explicación plausible ni excusa que ofrecer.

Durante el verano de 2020, en plena pandemia por la Covid-19, con la práctica totalidad del país teletrabajando y los hospitales llenos a rebosar de enfermos, la Demarcación de Costas tramitó una modificación del deslinde y obtuvo el informe favorable del Ajuntament de Vila, que preside Rafa Ruiz, en tiempo récord, un mes, algo absolutamente extraordinario y nada común. Costas lo solicitó a finales de julio y Vila lo concedió antes de terminar agosto. En verano y en plena pandemia, con todos los funcionarios teletrabajando. Algo así sólo sucede si un cargo político ordena aligerar las cosas, por decirlo suavemente. Además, se modificó el deslinde para beneficiar a una única parcela y no para las vecinas, que se hallan en idéntica situación, elevando la edificabilidad del solar y multiplicando exponencialmente su valor. Vamos, lo que viene siendo un pelotazo para beneficiar a alguien cercano, algún allegado, alguien que ha visitado el despacho oportuno que puede facilitar la tramitación de determinado expediente y sin cuya intervención, la cosa se atascaría porque nada es fácil en Costas.

Ya se vende la mansión

Una inmobiliaria llamada Mondialité, tenía anunciado en Idealista la parcela en cuestión, ubicada en el número 3 de la calle Barbaria, en el barrio de Talamanca. Pedía por ella y por el proyecto de construcción de la lujosa casa la nada modesta cantidad de 4,5 millones de euros. Un precio acorde con su ubicación, «en lo alto, con un proyecto de construcción con acabados de lujo dispuestos en varias plantas y todas las comodidades propias del auténtico real estate», incluyendo «las mejores vistas del área de Talamanca». «Un emplazamiento exclusivo, en un área en continua revalorización año tras año». ¡Cómo no!

Cocina equipada, gran salón con comedor y áreas de descanso con vistas al mar, lavandería, despensa, gimnasio, piscina, garaje, jardín privado y plataforma elevadora. Una villa de lujo «perfecta para inversores», totalmente vallada y con «vistas panorámicas al mar y a la montaña (…) a pocos pasos de la playa», con «elevador para trasladar los coches al garaje, accediendo a la planta sótano con capacidad para tres vehículos».

Una vez más, la reacción del anunciante, pillado in fraganti, es muy reveladora. Tan pronto como Periódico de Ibiza y Formentera informó del asunto, el anuncio fue retirado del portal Idealista. Otro indicio sólido de que estamos ante un pelotazo en toda regla.

Este domingo, además, este periódico informa detalladamente de a qué despacho fueron los promotores de la mansión para sacar adelante tan lucrativo proyecto en la costa. Siempre la costa. Automáticamente los obstáculos desaparecen, los burócratas se allanan, el camino queda expedito y el negocio, listo para hacer caja.

Seguramente todo es legal y nadie ha vulnerado ninguna norma para facilitar la construcción de esta mansión en la que todos desearíamos vivir, en la bahía de Talamanca. Pero el hecho es que sin la intervención decidida de la Demarcación de Costas y la rapidez extraordinaria del Ajuntament d’Eivissa, el casoplón no se haría. O tardaría décadas en hacerse. el alcalde Rafa Ruiz debe dar muchas explicaciones, porque la estrategia de callar, no responder y vetar a este medio, como acostumbra a hacer, no habrá de darle buen resultado en esta ocasión. Y acrecienta las sospechas de que él y Elena López, la combativa concejala de Urbanismo de VILA, han podido facilitar un pelotazo que beneficia a gente próxima al PSOE de Ibiza.

Al menos tendrá que darlas a sus socios de gobierno de Unidas Podemos y al segundo teniente de alcalde de Vila, Aitor Morrás, a quien tantas veces hemos visto rasgarse las vestiduras por mucho menos, si algo así sucedía estando el PP en el poder. Ahora tendremos ocasión de ver cómo reacciona ante un caso que apesta, que beneficia a la oligarquía de siempre, en la costa, y que le salpica tan de cerca.