Según informó ayer el Ayuntamiento de Sant Josep, esta muestra, que se podrá ver hasta el 11 de septiembre jueves, viernes y sábados por la tarde y viernes, sábados y domingos por la mañana, es una retrospectiva en la que Ribas recopila casi una década de imágenes que son historia viva de la música en la isla. Unas imágenes con las que este fotógrafo vocacional «ha conseguido plasmar el poder evocador de la música en vivo y la magia irrepetible del directo».
En total, son casi 40 imágenes en las que se pueden ver a casi todos los músicos de mayor trayectoria de la escena local junto a otros que han pasado por la isla y que, según explica el periodista Xescu Prats en el catálogo de la exposición, «buscan transmitir sensaciones y sentimientos mientras tratan de transportar al espectador al lugar donde fueron tomadas dándole la ocasión de escuchar, oler, tocar y saborear lo vivido».
Amplia trayectoria
Joan F. Ribas (Ibiza, 1962) siempre se ha considerado un aficionado a la fotografía pero lleva cerca de dos décadas trabajando intensamente en este campo, primero en el mundo de la fotografías de paisajes, después con los retratos y desnudos y ahora con la música y los conciertos.
En este campo, los primeros pasos los dio hace casi una década tomando sus primeras imágenes de conciertos en 2014. Desde entonces le enganchó tanto que actualmente va de concierto en concierto hasta tener un archivo de más 45.000 imágenes en las que aparecen más de 70 grupos o cantantes con la única condición de retratar solo si la música y la actitud de quienes la interpretan le inspira.
De hecho, según explicó Ribas a Periódico de Ibiza y Formentera en una entrevista en febrero de este año todo comenzó en Can Jordi Blues Station, un lugar que considera «la auténtica catedral de la música en directo en Ibiza» y que nunca ha abandonado. Allí ha tenido «la inmersa fortuna» de haber fotografiado a cantantes y grupos muy diversos aunque Uncle Sal es el que más le cautivó hasta convertirse en su fotógrafo personal retratándoles en sus giras, para las portadas de sus dos últimos discos, The american dream y You Ain’ºt No Bluesman, y para un libro muy especial, titulado Then I Meet Uncle Sal y que recopila más de un centenar de imágenes de cuatro años de conciertos.
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