Maresa Gargallone observa la carta con el análisis sobre la calidad del agua que reciben.  | Daniel Espinosa

Cuando parecía que las aguas se habían calmado un poco entre los vecinos de sa Caleta y el Ayuntamiento de Sant Josep, una nueva carta, esta vez enviada por Aqualia, ha vuelto a remover la gestión del suministro de agua potable en esta zona del municipio.

En este sentido, el Servicio Municipal de Aguas manifestó, en la carta remitida a los afectados por la falta de agua desalada, que el nuevo abastecimiento mediante pozo no es apto para su consumo. Además, señalaron que en los controles analíticos realizados se detectó un exceso de conductividad, cloruros, sodio y sulfatos en la red de distribución.

«Llevamos más de tres años con esta problemática. El agua es un bien básico esencial de primera necesidad y nosotros estamos consumiendo veneno», destacó contrariada una vecina de sa Caleta. En este sentido, Mario Riera, presidente de la Asociación de Vecinos de esta zona de Sant Josep, adelantó que están hartos de la situación. Por este motivo, subrayó que desde la entidad iniciarán una recogida de firmas entre los vecinos del municipio para elevar una reclamación formal ante el Ayuntamiento.

Dos vecinas que consumen agua proveniente de un camión cisterna. Foto: Daniel Espinosa.

Indemnización

Según este residente, en esta moción se solicitará una compensación a los vecinos para minimizar y compensar los daños producidos por las distintas incidencias en la gestión del suministro y abastecimiento de agua durante este verano.

«Nos avisaron tarde y mal del suministro de agua de pozo en sa Caleta, una vez redujeron el caudal de agua desalada que recibía el municipio», puntualizó Riera.

Dos de las afectadas, Kikka Truco y Maresa Gargallone, subrayaron las innumerables carencias y deficiencias que existen en el servicio y la red de abastecimiento, una situación que se ha agravado durante el último año.

«El agua llega tan salinizada que hemos tenido que tirar varios electrodomésticos», explicó Kikka, la encargada del Rincón de es Codolar. Además, también denunciaron la falta de información en materia de gestión y servicios a disposición del usuario.

En este sentido, a principios de julio el Ayuntamiento de Sant Josep tuvo que reducir el caudal de agua desalada que recibía la localidad tras evaluar las distintas alternativas con los técnicos y la concesionaria del servicio municipal de aguas, Aqualia.

«Se ha considerado que la menos perjudicial para garantizar el aprovechamiento del caudal disponible es dejar de suministrar al ramal que llega a sa Caleta», explicaron en su momento. En esta línea, apuntaron que no se podía garantizar el excedente de agua desalada que se venía recibiendo y esto obligó al Ayuntamiento a tomar la decisión de suministrar agua del pozo Cas Orvays a los vecinos de sa Caleta.

Cabe recordar que esta situación afecta a más de 2.400 abonados de la zona. Sin ir más lejos, hay residentes que decidieron consumir agua proveniente de camiones cisterna, pese al coste de mantenimiento. Es el caso de la casera que alquila su piso a las vecinas María Sol y Micaela.

Creciente demanda

Sin duda, la creciente demanda en verano ha vuelto a desbordar las previsiones municipales.

Por ello, desde la asociación de vecinos denuncian la poca planificación municipal y reclaman al Consistorio que puedan disponer de las competencias en materia de abastecimiento de agua que actualmente atesora la Agencia Balear del Agua (Abaqua), empresa pública de la conselleria de Medio Ambiente que comercializa el agua que producen las desaladoras de la isla. «Exigimos, de una vez por todas, soluciones al lamentable servicio de suministro de agua en la zona», apuntó Riera.

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Sant Josep adelantaron a este medio que sí tendrán en cuenta, haciendo referencia a la compensación, la calidad del agua que están recibiendo los vecinos afectados de sa Caleta.