Los agentes se desplazan de playa en playa con las motos de agua.

La Unidad Territorial de Playas (UTP) ha vuelto a ponerse en funcionamiento esta temporada en Sant Antoni. Un servicio policial que ha interpuesto este verano más de 500 denuncias por infracciones a la ordenanza de playas. «En junio se interpusieron 212 denuncias, en julio 268 y en agosto esta unidad lleva registradas 27 incidencias en las playas del municipio», adelantó la concejala de Gobernación, Neus Mateu, a Periódico de Ibiza y Formentera.

Dichos incumplimientos están relacionados con la venta ambulante ilícita de textiles o fruta, con la publicidad dinámica, con las infracciones de tráfico, el estacionamiento ilegal de caravanas o con los delitos de hurto. Estas cifras suponen un 55% más de infracciones que en 2021, año en que se habilitó de nuevo esta unidad policial en la localidad.

Cabe recordar que la temporada pasada este servicio    formuló un total de 327 denuncias durante los dos primeros meses de actividad de la UTP. También han aumentado las multas en materia de venta ambulante. Mientras que el año pasado se pusieron 77, este verano se han registrado 89; 45 en junio y 44 en julio.

«Hemos erradicado prácticamente esta práctica ilegal en Sant Antoni, especialmente en Cala Saladeta, que era un gran foco de venta ambulante», explicó Neus Mateu con satisfacción a este medio. Un punto que fue desmantelado gracias a la labor de los cuatro agentes que se dedican, de forma exclusiva, a controlar que se cumpla la normativa en la zona costera del municipio para evitar las actividades ilícitas en las playas como, por ejemplo, esta práctica ilegal o los delitos de hurto.

Patrullaje

Entre estos cuatro agentes están los policías Roberto Sánchez y José Torres. Ambos, ataviados con su uniforme, gafas de sol y casco, comienzan bajo un sol de justicia el patrullaje en sus bicicletas eléctricas por el abarrotado paseo marítimo de Sant Antoni. «Gastamos un bote de crema solar a la semana», subraya Roberto mientras él y su compañero recorren una de las zonas de mayor afluencia de la localidad. En esta línea, explica que gracias a la Unidad Territorial de Playas, el servicio se implantó el año pasado después de estar varias temporadas inutilizado, el nivel de incidencia tanto de hurto como de venta ambulante se está reduciendo «progresivamente» en las playas de la localidad.

Este gaditano, que lleva más de 25 años afincado en Ibiza, asegura que el año pasado hicieron muchos servicios de paisano para desmantelar varios puntos de venta ilegal.

«Este año también hemos realizado algún servicio, pero en algunas zonas no ha sido tan eficaz. Nos tienen muy vistos, puesto que comparten nuestras fotos entre ellos», afirma Roberto minutos antes de llamar la atención a un par de personas imprudentes que se desplazaban en patinete eléctrico por el paseo marítimo. Tras este aviso policial, Roberto insistió: «Estos vendedores ya nos conocen. Nos controlan más ellos a nosotros que nosotros a ellos». Ambos, que mantienen una velocidad constante en todo momento, supervisan con mucha atención el estado de la playa de s’Arenal.

Según Roberto, los cuatro agentes cubren la zona desde es Pouet hasta Cala Gració y Cala Gracioneta, pero realizan también actuaciones en Cala Salada «con el objetivo de controlar y dar más seguridad a los residentes y visitantes». En este sentido, subraya que los agentes se desplazan en bicicletas eléctricas «para aumentar la presencia policial e incentivar la proximidad a lo largo de los paseos marítimos de la Bahía de Portmany, de la Mar y de Ponent, las playas del municipio, el Passeig de ses Fonts y las calles adyacentes.

«El año pasado esta unidad pudo romper la dinámica de delitos que había en Sant Antoni. Hubo que marcar líneas rojas. La situación estaba desmadrada. Actualmente nos estamos encontrando menos incidencias», apuntó su compañero de faenas José.

En esta línea, este ibicenco, que antes era miembro de la Policía Local de Sant Josep, subraya que en las zonas costeras del municipio prima la limpieza y la tranquilidad. Una paz que, según estos agentes, dura hasta que los últimos rayos del atardecer caen sobre el agua del mar. «A esas horas la gente comienza a abarrotar el paseo con bebidas alcohólicas y generan alborotos», asegura Roberto.   

Además, para vigilar y controlar las zonas del litoral, estos agentes también se desplazan en motos acuáticas con el objetivo de comprobar y corregir las infracciones marítimas como los fondeos irregulares en zonas de baño. «En el mar nos hacemos cargo de actividades que son competencia nuestra como el intrusismo o el cumplimiento a la hora de acceder a las diferentes calas», apunta José. En este sentido, según este efectivo, gracias al operativo acuático, que realizan una vez a la semana, pueden llegar a cualquier parte de la costa de Sant Antoni en tres o cuatro minutos.

Respecto al fondeo ilegal, Roberto explica que esta unidad se coordina con Capitanía Marítima a la hora de atajar esta infracción. Sin ir más lejos, explica que esta semana les había entrado una incidencia de cinco embarcaciones que estaban mal fondeadas.

«Nosotros contactamos con el Govern de inmediato. Estamos para dar apoyo desde la costa», puntualiza Roberto. «La asistencia marítima está dando una gran respuesta. Por este motivo, hemos ampliado la cobertura de este servicio», subrayó la concejala de Gobernación. En este sentido, puntualizó que esta unidad permanecerá en Sant Antoni hasta septiembre, aunque siempre dependiendo de las necesidades de seguridad que tenga la localidad.