Al ser una cala muy abierta, cuando hay viento suele haber bastante oleaje. | Arguiñe Escandón

Al imaginar una playa de Ibiza, la primera imagen que le viene a la mente a la mayoría de personas es una playa de arena blanca y fina. Y lo cierto es que casi todas son así. Es por ello que Cala Boix tiene todavía más encanto, al ser la única playa de arena negra en la isla. Ubicada a 14 kilómetros de Santa Eulària y 4,5 kilómetros de Sant Carles, Cala Boix es una fantástica alternativa a las populares playas de la isla. Cuenta con más de 150 metros de longitud y 20 metros de anchura, lo que hace que encontrar sitio para estirar la toalla en esta playa no es tarea difícil, sobre todo en los meses centrales de temporada.

Está playa está escondida en un acantilado repleto de pinos, aunque aún así no está totalmente resguardada del viento y suele ser una playa con oleaje respecto al resto de calas.

Al ser una playa poco honda, ya que tienes que nadar un buen rato hasta que te cubra, la convierte en una de los sitios preferidos por muchas familias con niños.    «Siempre que podemos nos escapamos a esta playa o alguna de la zona. Con los ‘peques’ no podemos ir a calas escondidas», explicó Álvaro, que acompañaba a sus dos hijos a la playa, a Periódico de Ibiza y Formentera.

Además, su ubicación es muy fácil de encontrar y dispone de una gran extensión alrededor de la playa donde pueden estacionar los vehículos sin ningún problema. Eso sí, no es posible llegar hasta aquí en autobús, ya que éste únicamente realiza parada en Sant Carles, a más de una hora a pie.    Aún así, es una de las playas más cómodas    y accesibles. «Tal y como está el tema del aparcamiento en verano en Ibiza, nosotros hemos descartado ya algunas playas», comentó Susana. «Algunas más turísticas no las pisaremos hasta septiembre u octubre», aclaró.

Asimismo, Cala Boix cuenta con todos los servicios de una playa popular: socorrista, hamacas, sombrillas...

En la playa únicamente encontramos un único chiringuito perfecto para refrescarse en un duro día de playa tomando algo en su acogedora terraza, así como degustando algunos bocados de plancha, como bocatas o patatas fritas. En esta playa también se puede encontrar    el restaurante Cala Boix con una oferta gastronómica más elaborada y más tradicional.    «Es ya una costumbre que todos los domingos nos juntemos la familia a comer pescado en Cala Boix», señaló Carlos, un vecino de la zona. «Son de los mejores pescados frescos de la isla», finalizó.

Cala Boix no es una de las playas más grandes y más concurridas de la isla, si bien es cierto que puede haber días que resulte especialmente complicado tanto encontrar sitio en la playa como aparcamiento. «Cuando quiero visitar una playa más diferente me vengo aquí. No es quizá la mejor de Ibiza pero es muy especial», explicó Gema.

«En mi día libre huyo de playas que tradicionalmente tienen mucha gente. Esta siempre es buena opción», comentó Alejandro.