Este jueves se presentó la segunda fase de la rehabilitación de la Plaza de la Sal en la Xanga. | Toni Planells

Este jueves se ha presentado la segunda fase de la rehabilitación de la Plaza de la Sal en la Xanga, con la que ya se han desenterrado 350 metros cuadrados del empedrado que ha cubierto esta plaza desde la antigüedad.

El alcalde de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero; la concejala de Patrimonio, Àngels Marí; Mónica Fernández, concejala de Medio Ambiente y el investigador Josep Maria López Garí, responsable de Posidònia S.L., presentaron los trabajos realizados en esta segunda fase de recuperación de la Plaza de la Sal en La Xanga.

«Desde el Ayuntamiento pensamos que es muy importante que se conozca nuestro patrimonio y nuestra historia. Por eso, tanto la restauración del año pasado como la de este año han ido a cargo del Ayuntamiento de Sant Josep», declaró el alcalde, que animó «tanto al Consell de Ibiza como a demás administraciones a ayudarnos a sufragar los gastos ya que son unas inversiones que el Ayuntamiento solo no puede afrontar. Si algo tiene este municipio es patrimonio y no nos podemos permitir que se caigan torres o paredes históricas». La inversión en cada una de las fases ha sido de 18.000 euros, según detallaron.

La segunda fase ha consistido tanto en desenterrar un buen tramo del empedrado que «estaba cubierto por casi medio de tierra», tal como apuntó Garí, como en restaurar el tramo desenterrado en la anterior campaña, más algunos sondeos en la zona que conecta la plaza con el muelle, que también se ha sometido por primera vez a un estudio exhaustivo y documentado.

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En esta «casi excavación submarina» que supuso el estudio del antiguo muelle se pudieron constatar distintas fases en la construcción del mismo. «Lo que demuestra que se tuvo que ir ampliando durante su historia», explicó el arqueólogo Ricard Marlasca. Sin embargo, por el momento no está prevista una restauración del mismo debido a la complejidad de la operación, también en el ámbito burocrático, ya que «este espacio pertenece a Costas», tal como recordó Guerrero. Esta campaña ha permitido descubrir un antiguo canal de desagüe y dos antiguas casetas de pescadores que, como curiosidad, López Garí explicó que «se han encontrado dos monedas del siglo XIX, de Isabel II y Alfonso. No deja de ser curioso que un pescador tuviera y se dejara dos monedas de plata en esa época».

Se trata de una plaza en la que se almacenaba la sal para embarcarla desde el muelle, del que todavía queda visible parte de su estructura, que formaba parte de un complejo de unos 5.000 metros cuadrados y que incluía, también, la torre d’es Carregador. «Después del Castillo, se trata de la infraestructura más importante de la antigüedad en Ibiza», apuntó López Garí en la presentación del trabajo. Tanto el investigador como el arqueólogo quisieron subrayar la importancia de este enclave histórico, ignorado durante siglos, que suponía «el verdadero motor económico de Ibiza durante siglos».

Digno de protección

Un enclave histórico que merece protección, razón por la cual, se ha puesto en funcionamiento la valla que impide el paso a los vehículos hasta la zona. Vehículos que han venido degradando durante años el empedrado que se está recuperando en esta iniciativa.

«Para proteger esta preciosidad ante la presión de autocaravanas y coches que vienen hasta aquí mismo, se procede desde hoy mismo [por ayer] al cierre al tráfico rodado a unos 390 metros de la plaza», así anunció la responsable de Medio Ambiente de Sant Josep la única protección de la que goza esta zona hasta día de hoy. Sin embargo, los vecinos de la zona, así como los propietarios de las casetas varadero de La Xanga, «dispondrán de mandos para poder acceder a la zona», matizó Fernández, que cifró en entre 50 y 60 las propiedades con acceso.

Se trata, por el momento, de la única protección de la que disfruta esta zona que, tal como apuntaba López Garí, «en verano esto parece Vara de Rey, aunque ya hay mucha gente concienciada, todavía hay quién se resiste y cada día de trabajo nos hemos tenido que ‘pelear’ con alguien que quería pasar con su vehículo, como han hecho toda la vida». «Lo que es increíble es que, a estas alturas, no haya ninguna otra protección. Esperemos que, con la documentación exhaustiva del conjunto que tendremos al finalizar los trabajos, se pueda conseguir la protección como BIC del conjunto histórico», reivindicó el investigador.