El Museu Monográfic de Puig des Molins, en el número 31 de la calle Vía Romana de Ibiza, inaugura este viernes a partir de las 19.00 horas su nueva exposición temporal bajo el título de Vida i mort al món rural de l’Aybshm púnica.

Según explicó ayer por la mañana a Periódico de Ibiza y Formentera la restauradora del museo Helena Jiménez se trata de una interesante exposición que los propios trabajadores del centro «tenían muchas ganas de llevar a cabo porque con ella se reconoce la importancia de las comunidades rurales y sus necrópolis en Ibiza en la época fenicio púnica, entre el siglo V y I antes de Cristo».

En este sentido, Jiménez destacó que las excavaciones en el entorno rural fenicio púnico es un tema muy problemático a pesar de que se comenzaron a realizar entre 1903 y 1907 gracias a la Sociedad Arqueológica Ebusitana, ya que chocaron los intereses de dos de los grandes protagonistas de la arqueología ibicenca de aquel período, Carlos Román Ferrer y Antonio Vives Escudero. «Los primeros años del siglo pasado fueron muy importantes en hallazgos en Ibiza, pero desgraciadamente la mayoría de los restos que se encontraban salían de la isla para acabar en manos de coleccionistas que pagaban mucho dinero y eso fue precisamente lo que pretendió Román y la sociedad, consiguiendo afortunadamente una importante colección que fácilmente se podría haber perdido».

Sin embargo, según la restauradora, a pesar de su interés, cuando el arqueólogo ibicenco gana el pleito con Vives Escudero y decide centrarse en la Necrópolis de Puig des Molins, el interés por las comunidades rurales fue cayendo en picado. «Realizaron un trabajo muy importante y muy activo pero al centrarse en la gran necrópolis de la ciudad prácticamente nadie volvió a coger su testigo hasta entrados los años 20 de nuestro siglo XXI y solo hubo hallazgos por casualidad en trabajos que nada tenían que ver con la arqueología».   

Amplia colección

A pesar de todo ello, los almacenes del Museu Monográfic de Puig des Molins albergan una importantísima cantidad de objetos que ahora verán la luz gracias a esta nueva exposición y que permitirán poner en contexto cómo era la vida y los rituales funerarios lejos de las grandes ciudades.

En este sentido, Helena Jiménez explicó que con ello «se demuestra que los ajuares eran bastante similares a los de Puig des Molins, al igual que los hipogeos y los sarcófagos que incluían muchos objetos creados en la isla pero también de importación, llegados de otras colonias y otras islas de Baleares, y entre los que se incluyen piezas de adorno, joyería, amuletos o las protecciones de vida y poder que se conocen como escarabeos».

Simulacro y nuevos datos

Así. la exposición también incluirá una parte en la que habrá un pequeño simulacro de como sería el interior de los enterramientos que se encontraron en la importante Necrópolis de Can Berri d´en Sergent, en Cala Vedella, con objetos muy curiosos con forma de animales como palomas, leones o carneros y que fueron descubiertos en 1903.

Incluso, según Jiménez, habrá una explicación del destacado antrópologo Nicolás Mascaró sobre todo lo que han conseguido aportar huesos o piezas dentales de algunos cuerpos encontrados en estas necrópolis rurales. «Es un trabajo muy importante y bastante desconocido hasta el momento para los que no son investigadores porque nos revelan que aquellos primeros habitantes tenían una dieta basada en el aprovechamiento de recursos terrestres, olivares, leguminosas, frutas, cereales y un pequeño aporte de productos marinos o que a pesar de que hay vestigios de enterramientos infantiles también hay individuos de alta edad que sufrían artrósis o que habían sobrevivido tras haber superar algún tipo de traumatismo».