Las terrazas de los bares de Dalt Vila presentaban ayer muy buen ambiente. | Irene Arango

Desde la segunda quincena de octubre las puertas de los negocios del barrio de la Marina, el puerto de Ibiza y Dalt Vila han ido cerrando paulatinamente. Según se acercaba el final de octubre iban apareciendo carteles que se despedían de los transeúntes hasta la temporada 2023. Pero fue en la jornada de ayer el gran closing de los barrios patrimoniales de Vila.

Turistas en los puestos artesanales.
Fotos: Irene Arango.

El buen clima de octubre sumado a la pequeña prolongación de la temporada de las discotecas ha propiciado que la temporada dure una semana más de lo habitual, con unos resultados (en general, nunca llueve a gusto de todos) buenos para un mes de octubre.

Puerto

En el puerto de Ibiza, el 80% de los negocios ya han cerrado sus puertas. El presidente de su asociación de comerciantes, Joaquín Manuel Senén, habla de una buena temporada. Tras dos años en los que, a pesar de la pandemia, en la zona de la Marina y el puerto se trabajó bien porque era prácticamente lo único abierto, indica que el comercio ha tenido un año normal, mejor que antes de la pandemia cuando «esta zona iba cuesta abajo».

Locales cerrados en el puerto.

Las expectativas estaban muy altas a principio de temporada. «La Semana Santa fue espléndida, los primeros meses fueron tan bien que la gente pensaba que sería un verano de récord», explica Senen, «sin embargo julio fue bastante flojo en el puerto, agosto normal y septiembre también».

En octubre, con un clima «impresionante», la zona del puerto ha sido la más floja del casco histórico, aunque los resultados hasta el cierre, según empresarios de la zona, han sido buenos.

En cuanto al cierre generalizado en invierno, el presidente de los comerciantes del puerto insiste en solicitar la apertura de la zona al tráfico rodado, al menos durante la temporada baja. «Desde hace años lo pedimos, pero no hay manera, el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria lo tienen muy claro».
A modo de ejemplo indica que el bar Peixet, uno de los establecimientos que se mantenía abiertos todo el año, cerrará a mediados de noviembre todo el invierno.

Pidió, al menos, la suspensión de la zona Acire de la Marina, prevista para el 1 de noviembre. Desde el Ayuntamiento de Eivissa indicaron que la fecha estaba pendiente de aprobación y no confirmaron la apertura al tráfico en la jornada de hoy.

La Marina

En la Marina, el ambiente es algo más vivo. El Mercat Vell bullía ayer de gente y se veía movimiento en las calles a pesar de que muchos portalones de negocios ya estaban cerrados. La calle del Mar, llena de tiendas y souvenirs hace apenas un par de semanas, mostraba una soledad fantasmagórica digna de la víspera de Todos los Santos.

Los hoteles han trabajado con ocupaciones superiores al 80% durante este mes.
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A mitad de calle, un par de negocios mantenían abiertas sus puertas. Una era la tienda Eivissa Púnica, donde Alejandra ya trabajaba en inventariar el material. «En octubre, la verdad que ha habido bastante gente, sobre todo se ha notado mucho la llegada de cruceros», apuntó, «han venido uno detrás de otro».

Ayer fue su último día de apertura y daba cuenta de una buena temporada.
En la puerta de al lado, en La Casita Ibicenca, estaba Snakeman (apodo por el que solicitó que se le nombrase). También cerró ayer sus puertas. Explicó que octubre había sido un buen mes, motivado según él por el cierre algo más tardío de las discotecas. «El año pasado cerré sobre el 20 o 22, así que hemos abierto una semana más».

Dice que comparado con 2019 esta temporada ha sido, sin duda, mejor.

Dalt Vila

Por el portal de Ses Taules un rosario de turistas iba desfilando hacia la Catedral o a las callejuelas del interior del recinto amurallado. Poca cosa veían ya abierta. Prácticamente todos los negocios de hotelería habían cerrado sus puertas hasta el año que viene.

Sólo cuatro tiendas tenían el toldo extendido en la plaza de Vila. En una de ellas, Amanecer, su dependienta movía el género. «Estaremos abiertos quince días más a ver cómo va, pero como cierra todo el mundo no sé si aguantaremos mucho más», indicaba.

Para este negocio octubre ha ido bastante bien. «Se ha visto bastante gente, se nota que han sido dos años de viajar poco y la gente quería salir», opinaba. A esto suma la llegada de cruceros «que también ha ayudado mucho».

También estaba abierta Califa, la tienda de Sara Mazzolini, pero en este caso por último día esta temporada.
«Después de dos años horrorosos, este año ha sido bueno y octubre ha ido muy bien», comentaba.
En la calle del Portal Nou con la plaza del Sol, también era el último día de apertura para el bar la Escalinata.

Explicaba Franco que, a diferencia del año pasado, estuvieron trabajando hasta el final de mes «con un incremento incluso de trabajo desde el 15 hasta hoy».

Ayer su terraza estaba ocupada al 50%, pero el sábado pasado tenían «tanta actividad como un día normal de julio». Ve dos diferencias claras con el año pasado: actividad más constante y mejor clima durante más tiempo. Recuerda que el año pasado hacia el día 23 de octubre ya hacía frío.
Hoy inician sus vacaciones como la mayoría. El casco histórico se queda casi sin actividad comercial hasta la temporada que viene.

El apunte

Ocupaciones superiores al 80% en los hoteles

El buen clima también ha propiciado que los hoteles abiertos hasta este puente de Todos los Santos registren buenas cifras de ocupación. El grupo hotelero Concept ha mantenido abiertos el hotel Dorado en Platja d’en Bossa y el hotel Paradiso en la bahía de Portmany. El primero ha registrado una ocupación superior al 90% mientras que el segúndo ha superado el 80%. El CEO de Concept, Diego Calvo, indica que se plantean abrir el año que viene Dorado hasta mediados de noviembre. Desde su punto de vista la isla debería aspirar a una temporada de ocho meses, «porque también es necesario que la isla descanse». El complejo One Ibiza Suits también ha mantenido sus puertas abiertas hasta este puente. Su propietario, José Verdera, indica que su ocupación ha sido del 80% y que «con este clima se podría aguantar hasta noviembre». Sin embargo apunta que su gran handicap es la falta de conexiones aéreas en invierno. Aún así, indica que la isla debe seguir apostando por prolongar la temporada y en su caso apuesta por los eventos deportivos.