Muchos trabajadores que finalizaron contrato tras el verano se han marchado de la isla.

Aunque al principio muchos creyeron que la falta de personal iba a ser un problema puntual del pasado verano, lo cierto es que numerosas empresas de Ibiza y Formentera siguen teniendo graves dificultades para completar plantillas e incorporar a nuevos trabajadores. De hecho, no hay más que darse una vuelta por lugares como Vila, Sant Antoni o Santa Eulària para observar en decenas de escaparates carteles buscando personal.

Sebastián, responsable del bar cafetería Sa Torre, reconoce que la falta de trabajadores le ha obligado a cerrar un día a la semana, mientras que hasta hace poco tiempo su negocio permanecía abierto todos los días. «Ya la pandemia nos obligó a recortar personal. Antes éramos en total siete trabajadores y ahora somos cinco. Este verano me han faltado dos personas y al ser imposible encontrar a los profesionales adecuados, no he podido abrir todos los días. Ni tan siquiera han venido a interesarse por los puestos y los pocos que se han acercado no tenían papeles», lamenta.

Según explica este empresario, al tener que cerrar un día, la facturación se ha visto resentida, a pesar de lo que uno pueda ahorrarse en las nóminas o en los seguros de los trabajadores que no ha podido contratar. «Siempre compensa más contar con esas dos personas»», reconoce el responsable del bar cafetería Sa Torre. Sebastián afirma que, en su caso, todos sus trabajadores son residentes en la isla, por lo que el problema de la vivienda no les ha afectado hasta el momento.

Horarios

En el último año, la falta de personal está perjudicando también a Juanfran, de la cafetería Tape Arte, quien lamenta que «nos cuesta mucho trabajo encontrar gente». Explica además cómo los pocos candidatos que van apareciendo exigen una serie de condiciones, principalmente en relación a los horarios, muy difíciles de cumplir en el sector de la restauración. El empresario considera que esta dificultad para encontrar personal se ha agravado después de la pandemia porque «la gente puede haber cambiado de mentalidad» y destaca que muchos menos trabajadores se han desplazado a la isla en los últimos tiempos por el alto coste de la vida o las dificultades para encontrar una vivienda asequible.

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«Hay muchísima menos gente. Venir para pagar 1.500 euros de alquiler no compensa y muchos han venido a hacer la temporada en lugares donde les han facilitado una habitación. Después, se han ido», insiste. En su local de Santa Eulària son ahora mismo siete trabajadores: «En algunos momentos hemos sido menos, pero nos hemos ido apañando entre mi mujer y yo y los trabajadores que tenemos. Si no hay vivienda para la gente, este problema no se va a soluciona».

Pedro, de la cafetería Magic, coincide con sus colegas de profesión y, aunque ahora cuenta con la plantilla al completo, teme que la falta de personal le acabe perjudicando. «Este verano he tenido suerte, pero es verdad que cada vez se está poniendo más complicado encontrar a gente para trabajar todo el año o en temporada», manifiesta. Él reconoce que, por el momento, «se va salvando», aunque sabe muy bien que cuando necesite algún refuerzo o cubrir alguna sustitución no lo va a tener fácil. «En un futuro cercano, veo que se va a poner muy complicado, sobre todo para negocios que abren solo en temporada. Los trabajadores se van después a la mejor oferta y es muy difícil», reitera.

«Complicada y cara»

Pedro recuerda que antes de la pandemia ya comenzaron a notar estas dificultades: «Está afectando no solo a la hostelería, sino a muchos colectivos. La gente conocida que pasa por aquí me comenta que no encuentra a trabajadores. La mano de obra en general, en Ibiza, se está poniendo muy complicada y, después, se va a poner muy cara».

Desde la patronal de la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera (Pimeef), el presidente Alfonso Rojo considera que la falta de personal durante el invierno es una incidencia puntual que se resolverá a medida que se acerque el inicio de la temporada y muchos trabajadores comiencen a regresar a la isla.

Según explica Alfonso Rojo, muchos trabajadores han finalizado contratos y se han marchado de la isla: «Históricamente se quedaban aquí, pero en esta ocasión se han ido, también al estar todo más complicado. Precisamente, una parte de los refuerzos que solían contratarse en las fiestas eran estos fijos discontinuos». Según afirma, la gente ha trabajado en verano y ha ganado dinero, por lo que muchos prefieren ahora esperar a la próxima temporada para regresar a Ibiza.