Doctor José Luis Rull.

La conciliación familiar, la incertidumbre económica y, en general, el ritmo de vida del siglo XXI lleva a muchas personas a padecer estrés o ansiedad. En este sentido, se calcula que en España el 70 por ciento de la población adulta padece bruxismo, convirtiendo a esta patología en un problema que tiene un gran impacto en la sociedad.

El bruxismo, que no es otra cosa que rechinar o apretar los dientes cuando estamos despiertos o mientras dormimos, genera en quienes lo padecen «desgaste dental severo, dolor periauricular, muscular o cefaleas», según destaca el doctor José Luis Rull, odontólogo y CEO de la Clínica Dr. Rull.

«Lo que muchos no saben», subraya el doctor José Luis Rull, «es que el bruxismo no siempre produce consecuencias negativas sobre el paciente». Los últimos estudios revelan que esos movimientos involuntarios que produce la musculatura, «podrían también ayudar a permeabilizar la vía aérea superior mientras se duerme o reducir el riesgo de desgaste químico de los dientes aumentando la salivación en casos de reflujo gastroesofágico».

«En la Clínica Dr. Rull proporcionamos a nuestros pacientes toda la información respecto a los signos y síntomas que pueden sufrir, no solo nocturnos sino también diurnos», concreta su director general. Este experto en odontología asegura que los pacientes son los que aportan con su información «los primeros pasos para guiarnos a la hora de determinar cuál es exactamente su diagnóstico y cómo darle una solución eficaz».

«Cuando realizamos la exploración clínica podemos detectar la presencia de hipertrofia muscular, lesiones en lengua o labios, mordisqueos de la mejilla, así como presencia de Torus, que son las protuberancias de hueso benignas que aparecen de manera asintomática dentro de la boca del paciente, o fracasos repetidos en las rehabilitaciones», matiza el doctor Rull, para quien «estos son algunos de los signos que nos deben alarmar, pero que no son cien por cien concluyentes». En esta línea el doctor José Luis Rull concreta que «podría tratarse de otro problema funcional como, por ejemplo, la deglución atípica. La electromiografía es la herramienta final que nos da la certeza de que estamos ante un caso de bruxismo».

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¿Cómo tratar el bruxismo?

Actualmente sabemos que el bruxismo tiene una causa multifactorial que no está relacionada con el aparato estomatognático. «Esto no quiere decir que el odontólogo no tenga nada que aportar al paciente con bruxismo, pero nuestra labor está más enfocada a la detección temprana y a la aplicación de un tratamiento paliativo, siempre y cuando produzca consecuencias negativas sobre el paciente», expone.

Así, el tratamiento, al igual que sus causas, será multifactorial, «cabe destacar que, una vez detectado el bruxismo, siempre informamos a nuestros pacientes sobre la importancia de los cuidados higiénicos respecto al sueño, así como a la reducción de cafeína o alcohol o evitar ejercicio intenso antes de dormir» explica el doctor Rull. El experto en odontología también menciona los efectos positivos que tiene en los pacientes de bruxismo realizar prácticas diversas para combatir el estrés como el yoga, acudir a un psicólogo, o ponerse en manos de un fisioterapeuta para aliviar el dolor y restaurar la movilización muscular y articular.

«En nuestra clínica, además, damos a los pacientes de bruxismo las conocidas férulas de descarga, que no eliminan el bruxismo, pero sí amortiguan sus efectos negativos en el aparato masticatorio», apunta. José Luis Rull resalta que «en caso de que sea necesario, se aconseja al paciente tomar fármacos como benzodiacepinas y, en otros, recomendamos el uso de ‘Botox’, ya que se ha demostrado que esta toxina es muy eficaz a la hora de reducir los síntomas y, en consecuencia, los episodios de bruxismo».

Hoy en día todavía se plantean muchas dudas sobre la etiología del bruxismo y sus tratamientos, pero «nuestro deber como odontólogos es estar atentos a los avances en esta materia e informar de manera muy exhaustiva a nuestros pacientes ya que, en muchas ocasiones, ellos serán los primeros en detectar la anomalía», concluye el Doctor Rull.