Estado en el que se encuentra el callejón de detrás de las obras y detalles de las heces que apestan la zona.

Vecinos del pasaje de Simó Poulet, en La Marina, han denunciado la situación en la que se encuentra esta vía desde hace semanas por culpa de las obras acometidas por el Ayuntamiento de Ibiza para mejorar algunos de sus servicios. Según han explicado a Periódico de Ibiza y Formentera y tal y como se puede observar en las imágenes, aunque los trabajos aún no han concluido, los operarios han dejado abiertas las arquetas correspondientes a cada edificio del pasaje. Y, de este modo, se pueden observar en ellas excrementos, papeles y agua sucia procedente de los sanitarios de estos inmuebles.

«Es asqueroso», han relatado a este periódico los afectados, «han levantado todo el suelo y han dejado todo esto al descubierto». A la desagradable visión se une el hecho de que «apesta todo el callejón» por culpa de las deposiciones. Y más en cuanto suben las temperaturas. Los vecinos, que prefieren no identificarse, han asegurado que han avisado al Ayuntamiento de la situación pero, hasta el momento, esta no se ha corregido. «Lleva semanas así y es insoportable», han insistido.

La remodelación de este pasaje forma parte de las obras acometidas por el Consistorio en la plaza de sa Font. Unas obras que comenzaron a principios de noviembre del año pasado pero que muy poco después fueron paralizadas y no se retomaron hasta finales del pasado mes de febrero. Se trata de un proyecto cuyo objetivo es «adecuar las condiciones de habitabilidad de la plaza y mejorar su accesibilidad peatonal», según informó el Gobierno municipal en noviembre a través de un comunicado.

En la misma nota se explicaba también que estaba prevista la renovación y actualización de la zona para «obtener una imagen urbana de acuerdo con su valor histórico». El Ayuntamiento recordó entonces que esta plaza es «un punto de encuentro y uno de los espacios más característicos» del histórico barrio de La Marina. Entre las intervenciones previstas se encontraban la renovación del pavimento, decidir qué se haría con los árboles de la plaza, la modernización de las redes de saneamiento, pluviales y abastecimiento de agua y la de la red de alumbrado público empotrado en fachada. Además, la obra contemplaba también la restauración de la fuente. Todo ello con un presupuesto inicial de 159.000 euros que en febrero fue ampliado para poder extender los trabajos al pasaje de Simó Poulet.