Imagen de archivo de una protesta de los pacientes de Ibiza frente a Can Misses. El sábado día 20 de mayo habrá una segunda manifestación.

Un total de 72.007 personas están esperando en la actualidad para ver por primera vez a un especialista en su consulta. La cifra crece respecto al pasado mes de enero que cerró con 70.102 personas y eso que, desde entonces y hasta abril, Salut ha derivado a 6.175 pacientes (sólo en la zona de Mallorca) del sistema sanitario público al privado, lo que representa a 1.543 al mes.
El subdirector de Atención Hospitalaria, Francesc Albertí, se agarra al único dato que mejora, que es a la reducción de personas que más tiempo llevaban esperando, y a quienes se empezó a llamar. Si en enero había 29.563 con un exceso de demora, ahora son 27.479. Se refiere a este avance cuando asegura que se vislumbra un cambio de tendencia. Lo cierto es que, tras cinco meses y un esfuerzo ingente que lleva a saturar también las consultas de ciertas clínicas privadas, la mejora apenas es perceptible.


El incremento de pacientes respecto a hace un año es del 14,8% y un 38 % de los pacientes que esperan llevan más de 60 días. Es más, la excepción se ha convertido en norma y de media, un paciente espera 72,4 días para ver al médico especialista en primera consulta, 12 días más de lo considerado como tolerable.

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Pandemia
En cualquier caso se trata de la espera para una primera consulta con el médico especialista. Otra cosa son las demoras para una operación. Hace un año que la administración sanitaria puso en marcha un plan de choque valorado en 18 millones de euros para reducir la espera para una intervención, en base a la realización de horas extras del personal sanitario (más conocidas como ‘peonadas’) y al incremento de pruebas diagnósticas. No ha sido hasta 2023 cuando se ha podido echar mano a la demora para una primera consulta cuya principal herramienta es la derivación a las clínicas privadas.
Si hay otro referente con el que comparar las listas de espera para ver a un especialista es el mes de enero de 2020 cuando la COVID no tenía ni nombre propio. Por aquel entonces, después de un intenso trabajo, había 41.352 personas pendientes de ver al especialista, 30.655 menos que ahora. El incremento desde entonces ha sido de un 75 % y se debe, sin duda alguna, a las consecuencias de la pandemia.


A partir de marzo de 2020 todos aquellos pacientes no respiratorios dejaron de acudir al médico, pero no fue sólo eso. Hasta el primer trimestre de 2022, la asistencia sanitaria ordinaria se fue trastocando con cada ola de contagios por COVID que iba saturando los hospitales.


Entre una y otra han ido surgiendo el resto de patologías con el efecto rebote por no haberse vigilado con constancia durante este tiempo de incertidumbre y por haber abandonado la medicina de prevención. Los expertos señalan que han crecido los ictus o los infartos, pero también las visitas a Urgencias. En enero de 2020 se esperaba 39 días por una consulta, hoy es casi el doble.