Imagen de archivo de la residencia Can Blai.

Trabajadores de la residencia Can Blai lamentaron ayer que la falta de personal en este centro –también en su cocina– impide brindar a los usuarios un servicio de calidad. Esta denuncia se suma a las valoraciones publicadas por este medio en relación a la comida que reciben los internos.

Desde el comité de empresa en Can Blai consideraron que las quejas sobre la calidad de la comida en el centro son «una muestra más de la dejadez de la Conselleria respecto a Ibiza» y lamentaron que los «bajos» sueldos que perciben estos trabajadores provocan que no haya personal suficiente, impidiendo además cubrir turnos y fidelizar plantillas.

«No hay trabajadores porque no se paga», reiteraron.

En este sentido, desde el comité recordaron cómo ya se han manifestado públicamente reclamando unas mejoras que no terminan de producirse.

Sobre las quejas difundidas este mismo jueves, reconocieron tener constancia de reclamaciones, principalmente por parte de los internos, que consideran que no se están cumpliendo sus expectativas. «Está habiendo variaciones en los menús porque no hay personal suficiente y se cocinan cosas más sencillas porque no se llega a tiempo. Es imposible preparar comida para tantos residentes con tan poco personal», insistieron.

«Ahora el problema se multiplica por 10 porque comienza la temporada y el personal se marcha porque no se paga lo que se debería», insistieron.

Según añadieron, y siguiendo las ratios de trabajadores dictadas desde la Conselleria de Asuntos Sociales, en estos momentos faltarían seis profesionales en Can Blai. «A pesar de ello, esa cifra sigue siendo insuficiente y no hay más que compararla con Cas Serres, con una ratio de personal de casi el doble», puntualizaron.

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Revuelo

Lo cierto es que la noticia publicada ayer por Periódico de Ibiza y Formentera provocó todo tipo de reacciones y comentarios. Una vecina aseguraba en las redes sociales de este medio que «cocina lo intenta hacer lo mejor posible», aunque «el menú no es ni equilibrado ni variado». También criticaba que a los internos les sirven platos «que no gustan a los mayores y sí a los jóvenes». Así y todo, terminaba afirmando que los trabajadores de la cocina están atados de pies y manos puesto que sufren falta de material y deben trabajar con productos de mala calidad.

Otra mujer explicaba que su madre es residente en Can Blai «y la comida es malísima», destacando que siempre le tiene que llevar frutas o empanadas. Al mismo tiempo, valoraba la profesionalidad e implicación de los trabajadores.

La polémica saltó este jueves a la palestra, cuando trabajadores del centro denunciaron que el pasado 21 de mayo los internos encontraron en una compota de frutas «varias fibras plásticas de gran tamaño, de hasta 4 centímetros» y también que en platos de pescado había raspas y espinas. Con esta acción, quisieron evidenciar la «pésima calidad» de los alimentos que se sirven a los usuarios.

Entre otros ejemplos, destacaron que en otras residencias de Ibiza disfrutan de menús «excelentes», mientras que, en Can Blai, en numerosas ocasiones no se sirve nada de proteína en la comida o cena; el pan está «duro y viejo» y los tomates están «pasados».

El director de la residencia, Jesús Díaz-Santos, contestó después, punto por punto, a todas estas reclamaciones. Según explicó, en el centro cuentan con los servicios de una empresa que funciona como gestor de compras, mientras que la residencia tiene sus propios cocineros para elaborar los menús.

Díaz-Santos sí reconoció que en tres platos de pescado –elaborados para unos internos con una dieta especial– se encontraron unas espinas, aunque «los menús fueron retirados en cuanto se detectaron». También manifestó que los internos reciben las cantidades diarias recomendadas de frutas y verduras y reiteró que se producen quejas principalmente relacionadas con los gustos o preferencias de los usuarios, «pero no en relación a la calidad».

Las raspas de pescado que se encontró un usuario en una de sus cenas.