Desembarco de turistas de los barcos procedentes de Formentera. | Arguiñe Escandón

Las patronales y responsables turísticos de las Pitiusas afrontan los meses de temporada alta con optimismo, convencidos de que se repetirán los buenos datos de ocupación de 2022 cuando julio se cerró en Ibiza y Formentera con un 91,3% de plazas vendidas, más incluso que en 2019.

El exdirector insular de Turismo, Juan Miguel Costa, consideró ayer que las cifras que puedan estar manejándose son muy similares a las de 2022 y 2019. Al mismo tiempo, reconoció que «nos ha fallado el mes de mayo», aunque «pensamos que en julio y agosto tendremos ocupaciones muy buenas en la isla».

En relación a junio, Costa recordó que la situación fue normalizándose a medida que transcurría el mes, aunque éste comenzó «raro» principalmente porque se reserva mucho a última hora y la climatología no fue demasiado buena semanas atrás. «Nos jugaremos más en septiembre u octubre que en julio o agosto», insistió Costa.

En los meses de temporada alta, consideró que podrá volver a superarse una ocupación del 90%. En cuanto a los mercados, el director insular se refirió al británico o al holandés como los principales países emisores para la isla y reconoció estar pendiente del mercado francés para comprobar su tendencia al alza o su estabilización. Para la Federación Hotelera Empresarial de Ibiza y Formentera los meses de temporada alta se presentan bien, sin incidencias destacables. «La ocupación será buena. Tenemos una buena temporada, dentro de lo esperado».

Mejores precios
Alicia Reina, presidenta en Baleares de la Asociación de Directores de Hotel, reconoció también que las previsiones son «moderadamente buenas», con picos de ocupación que se producirán principalmente durante los fines de semana. «Con menos ocupaciones que el año anterior se está logrando mejor rentabilidad al tener mayores precios que en 2022», señaló.

En la otra parte, Reina se refirió a casos aislados de establecimientos que comenzaron la temporada aplicando precios «desorbitados» y han tenido que moderar las tarifas para acomodarse al mercado actual.

«El cliente, en general, ha reservado con mayor antelación que en 2022 y las ocupaciones son más largas, extendiéndose a los seis o siete días. También han vuelto mercados como el árabe, el norteamericano y el australiano. El británico sigue siendo el predominante y el francés se consolida en la isla», explicó la experta turística.

Reina no descartó que puedan mejorarse los datos de ocupación con reservas de última hora que se vayan efectuando. En cualquier caso, «las previsiones se están consolidando de forma moderada», puntualizó.

Desde la Pequeña y Mediana Empresa de Ibiza y Formentera (PIMEEF), el presidente Alfonso Rojo avanzó que las previsiones son buenas para las pymes pitiusas y coincidió en que la temporada será «fuerte». «Lo que me transmiten es que tienen claro que no van a poder dar más de sí. El personal es el que es y saben que será muy complicado aumentar plantillas, por lo que conocen los topes de cada uno», reconoció.

Las pequeñas y medianas empresas intentaron contratar meses atrás a todo el personal con el claro objetivo de adelantarse a posibles problemas por la falta de trabajadores en muchos sectores. «Me dicen que se espera un buen volumen de trabajo», añadió.

Según Rojo, en Semana Santa ya se detectó que sería una temporada más fuerte que otros años, una sensación que se extenderá en estos próximos meses: «Hemos tenido un mes de mayo raro, con una climatología que no ha acompañado, aunque ahora ya no vamos a estar a expensas de que la gente cancele su viaje porque ya no hablamos de una escapada, sino de las vacaciones, por lo que no vamos a depender de que haya muchos visitantes de last minute».

Desde el sector hotelero de Formentera, el presidente Juanma Costa explicó recientemente cómo la temporada, que empezó «bastante bien» se desarrollaba ahora «dentro de la normalidad», descartando además que en julio el impacto de la convocatoria electoral en Formentera vaya a restar turismo a la isla.