El público ha estado muy atento a las explicaciones de Antònia Maria Cirer. | Toni Planells

El IEE ha arrancado este lunes su serie de talleres gratuitos destinados a la lucha por la conservación de la sargantana ibicenca y el conocimiento del comportamiento de las serpientes, responsables de la amenaza de extinción del reptil autóctono de las pitiusas.

La encargada de impartir los talleres es Antònia Maria Cirer, que destaca que «los talleres abarcan tres niveles distintos de conocimiento y experiencia sobre este tema». De esta manera, el taller impartido este lunes por la tarde ante una docena de participantes en la sede del IEE ha estado destinado al nivel más básico. Este jueves a las 19.00 giras el taller irá destinado a «quienes tienen más experiencia y en el que profundizaremos en sacar un mayor rendimiento a las trampas y explicaremos la biología de estos reptiles, que no tienen nada que ver con los mamíferos y sobre los que hay un profundo desconocimiento», explicaba Cirer que, además, adelantaba que «también enseñaremos cómo se puede adiestrar a los perros para que nos ayuden a cazar serpientes». El tercero de los talleres, previsto para el sábado a las 11.00 horas, tal como apuntaba Cirer, «será una conferencia al nivel de la UOM en la que se hablará sobre la biología de las serpientes».

La bióloga ha explicado en el primero de los talleres el funcionamiento de las trampas para serpientes que «se basa en una caja con dos compartimentos separados. En uno de ellos hay una puerta solo de entrada por donde la serpiente entra y se queda atrapada». El segundo compartimento de esta trampa es el que alberga la pieza más importante del ingenio: el ratón, «que es quien de verdad hace el trabajo». En este sentido, Cirer ha explicado al público asistente una serie consejos básicos del cuidado de éste, como «mantenerlo siempre bien alimentado, mejor con pienso seco, por ejemplo, para conejos, y procurar que no le falte el agua, así como ponerle paja o serrín, juguetes y elementos para que pueda entretenerse como, por ejemplo, un trozo de ladrillo donde pueda jugar entre sus huecos o los juguetes viejos de los niños. Un ratón deprimido o enfermo, no llama la atención de la serpiente, en cambio, un ratón feliz puede convertirse en un ‘campeón’ que cace a varias». Cirer también ha subrayado una serie de consejos y precauciones a tener en cuenta como «no limpiar nunca el compartimento del ratón. Si lo limpiamos eliminaremos el olor del ratón, que es una de las cosas que llaman a las serpientes. El mismo ratón se encarga de gestionarse en este sentido», así como «tener mucho cuidado a la hora de hacer el agujero para poner el bebedor para el ratón. Hay que tener en cuenta que si lo hacemos demasiado grande la serpiente podría entrar por ahí. Basta que le quepa la cabeza para que pueda colarse entera».

Sobre la ubicación de la trampa, Cirer ha explicado que «hay que colocarla en un lugar en el que pensemos que pueda haber serpientes y siempre de manera horizontal o con un poco de inclinación para que la puerta de entrada permanezca siempre cerrada». Una vez que el ofidio ha caído en la trampa, tal como explicaba la bióloga, «podemos sacarla con unas pinzas, o con guantes para evitar las mordeduras, que no son venenosas pero sí molestas».