El tráfico de gente, embarcaciones y vehículos es incesante durante prácticamente toda la jornada. | Toni Planells

«Esto es un no parar; una verdadera locura». Así se expresaba uno de los bañistas que en la mañana de este jueves trataba de disfrutar de un día de playa en Porroig sobre el tráfico continuo de embarcaciones. Lanchas neumáticas que trasladan a personas de los barcos a las furgonetas negras que les esperan en el aparcamiento y viceversa o que descargan basuras procedentes de los yates fondeados en la bahía. Otras neumáticas hacen el camino a la inversa, cargando a turistas, que esperan pacientemente bajo el sol cargados con sus maletas. «Esto no debería estar permitido», protestaba otra de las bañistas en Porroig, mientras su pareja aseguraba que «es así cada día, continuamente». «Nosotros venimos pronto y a partir de las 09.30 horas ya no se puede estar. Cada día está igual», explicaba. La pareja, local de la isla, no dudaba en calificar de «vergüenza» el hecho de que «actúen de esta manera día tras día sin que nadie les diga nada». Además, recuerdan que «el año pasado llegaron a apedrear a una de las lanchas y no me extraña: la gente está más que harta y es muy peligroso», respecto al episodio ocurrido el año pasado en el que los bañistas se revelaron contra la impunidad con la que las lanchas neumáticas actúan en la zona reservada para el baño.

La misma zona de Porroig es donde actúa un individuo conocido por gestionar fondeos irregulares en la bahía. Esta persona (E.S.C) está también pendiente de una denuncia que el Seprona presentó contra él por un presunto delito contra el medio ambiente porque su actividad ilegal estaría afectando a las praderas de posidonia de la zona. Cabe recordar que ya ha sido condenado por un delito leve de amenazas contra integrantes de la plataforma Maltesa de Mar. También profirió amenazas, y fue condenado por ello, a la exconcejala de Medio Ambiente de Sant Josep, Mónica Fernández.