La calle Soledad recorre más de 800 metros del centro de Sant Antoni. Su recorrido nace en la rotonda de Es Verro para desembocar en el Passeig de Ponent. En su recorrido podemos encontrar todo tipo de comercios, locales de hostelería, supermercados, oficinas de la Administración como la del SOIB de Sant Antoni y el que probablemente sea uno de los últimos videoclubs que mantienen su actividad. Sin embargo, lo que más presencia tiene en esta calle es el ambiente vecinal y de barrio que vive ajeno al ambiente turístico característico del pueblo de Portmany.

«Un barrio de trabajadores de toda la vida. Aquí nos conocemos todos», así lo definen dos de las vecinas veteranas de esta calle, Antonia y Rosario, que charlan distendidamente en una de las esquinas de su calle. «Entre las dos llevamos más de cien años viviendo aquí», calculaba Antonia que vive en esta calle «desde hace más de 60 años». Las dos veteranas aseguran que «es un barrio que se ha hecho mayor», tal como asegura Rosario, y el único problema que detectan en su calle «son los locales que hay cerrados, que generan mal aspecto y suciedad. Lo peor fue cuando nos cerraron el banco, aunque tenemos supermercados y cafeterías de toda la vida». Sin embargo, Rosario y Antonia, desde su experiencia, consideran que «ya no es como antes, cuando celebrábamos las fiestas de Sant Bartomeu entre los vecinos, haciendo juegos, chocolate… era una maravilla»

Stefanny es vecina de Sant Antoni y frecuenta esta calle habitualmente. Su opinión sobre la limpieza de la calle contrasta con la de Antonia y Rosario, que consideran que «podría estar mucho más limpia». Stefanny opina que «en comparación con las demás, está bastante limpia», sin embargo apunta que «lo peor es el estado del asfalto, que está muy descuidado y lleno de baches y agujeros. De hecho, esto es lo único negativo que puedo decir de esta calle. Siempre suele haber parking».

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María trabaja desde hace años en uno de los comercios de la calle, Ibiza Sport, y señala que en esta calle «se nota muchísimo el cambio entre verano e invierno. Cuando acaba la temporada cierran muchos negocios y se convierte en una calle bastante oscura».

No obstante, María celebra que «últimamente están abriendo varios negocios nuevos, que le dan todavía más vida al barrio de la que ya le han dado toda la vida la cantidad de negocios de siempre que siguen abiertos, como el videoclub Torres, el hostal Florencio, Can Beya, el bar Can Boned o la tienda de modas Cris».

En Modas Cris trabaja Jennifer, que también es portmanyina y que conoce bien la calle. «En verano sí que está bastante más sucia que en invierno. Al menos en invierno no tengo que limpiar cada mañana vómitos o meados delante de la puerta. En verano no falla cada mañana una cosa, la otra o las dos juntas. Aunque es verdad que se puede ver como limpian muy habitualmente».

A unos metros de Jennifer trabaja Gema en la papelería Folder desde hace años y coincide con la descripción de esta calle con la práctica totalidad de sus vecinas. Además observa que, además del contraste entre verano e invierno, «se nota mucho el cambio entre la mañana y la tarde. Por las mañanas hay mucho más movimiento, también en verano, y eso que hay algunos hoteles y hostales. De las tardes de invierno ya ni hablamos, apenas abrimos nosotros y el videoclub». La nota negativa sobre la calle Soledad que observa Gema también gira entorno «la limpieza y las cucarachas» aunque matiza que «no tiene la culpa el servicio de limpieza sino los vecinos que te dejan delante de la puerta cualquier cosa». Gema también pone en valor «que hay mucho parking desde que pusieron la zona azul. Eso va bien para los comercios de la zona, da más movimiento».