Vicent Marí durante su visita a Bibo Park este miércoles. | Arguiñe Escandón

Vicent Marí ha visitado por primera vez el Bibo Park este miércoles por la mañana. A pesar de las altas temperaturas, el presidente del Consell de Ibiza se ha mostrado «muy impresionado» con el jardín botánico biotecnológico, donde ha realizado un recorrido guiado por el dueño del parque, Eduardo Mayol, y acompañado por las explicaciones del biólogo Bartolo Planas. A través de los diferentes hábitats de las Pitiusas recreados en las instalaciones, Marí ha insistido en la necesidad de «dar a conocer este entorno único».

La visita ha comenzado a eso del mediodía, con el sol apretando fuerte en plena ola de calor. Nada más juntarse Marí y Mayol, ya se han detenido para comentar el fotobiorreactor, que constituye la primera parada del recorrido. El invento, mediante el uso de microalgas que se reproducen infinitamente gracias al sol y el aire, absorbe CO2 y expulsa el oxígeno equivalente a un centenar de árboles. Además, las algas se utilizan para abonar el parque. «Pero con este calor, ¿cuántas cantidades de algas se producen?», preguntaba Marí. «¡Cada dos días tenéis que sacarlas!», ha exclamado, tras conocer la respuesta.

El presidente del Consell se ha interesado por las especies de flora endémicas de las Pitiusas que hay plantadas en el parque, especialmente la denominada Euphorbia margalidiana, una especie que se encuentra únicamente en los islotes de ses Margalides. Después ha pasado por la recreación de las salinas, que conservan estacas de madera utilizadas en Ses Salines hace más de un siglo. Allí al lado, bajo la sombra, Marí ha probado el agua atmosférica de Ibiza, así como la subterránea: «Es tecnología puntera muy interesante».

En el espacio dedicado a las sargantanas, Marí ha dedicado un tiempo para charlar con Mayol y con Bartolo Planas sobre las trampas para serpientes. Además, ha tenido un rato para bromear sobre «lo exquisitas que se han vuelto» las lagartijas después de que le contaran que estas de aquí ya no querían comer manzanas. Frente a ellos estaba el famoso piano vegetal, pero se acababa de ir la luz y no podían tocarlo: «No pasa nada, ya vendremos otro día para ver toda la biotecnología».

«Desde el Consell insular queremos que este esfuerzo que hacen empresarios y técnicos, muchos de ellos de manera altruista, se ponga en valor», ha afirmado Marí. Tras pasar sobre el hábitat de agua dulce por un puente de madre que crujía mucho, el presidente del Consell se ha encontrado rodeado de una veintena de niños de una escuela de verano jugando. «Es una oferta para nuestros visitantes, pero también para los más pequeños y las escuelas», ha destacado.

Asimismo, Marí ha dedicado unas palabras a relación de la supresión de la Conselleria de Medi Ambient a nivel balear en el nuevo gobierno de Marga Prohens: «El hecho de que una Conselleria se diga de una manera u otra no quiere decir que los recursos que se le dediquen estén relacionados solo con ella». «Es todo lo contrario. El medio ambiente formará parte de las polítiques de todo el Gobierno, que apostará por la gestión medioambiental», ha añadido el presidente insular. Según ha recordado, desde las instituciones quieren colaborar para dar a conocer lugares como el Bibo Park por «ser únicos y estar en Ibiza».

«Lo que hay que hacer es invertir en estos establecimientos y entornos para dar a conocer la riqueza botánica que tenemos», ha continuado hablando Marí antes de llegar a lo que más le ha impactado: el Bioo Panel y el sistema de riego inteligente. Del primero no ha dejado de preguntar cómo es posible que se obtenga electricidad de las plantas y se ha sorprendido con la cantidad de usos que se le podía dar. «Estoy muy impresionado», ha repetido. Bartolo Planas ha aprovechado para recordar al presidente del Consell que «todavía queda mucho por hacer» en cuanto a la plantación de plantas endémicas, y que «este ha sido un proyecto de más de 20 años».

«Es el primer parque biotecnológico de Europa y un lugar donde pequeños y mayores podemos descubrir la flora de las Pitiusas, la que ha desaparecido, la que está en peligro y la que es autóctona. Es un tesoro», ha insistido el presidente insular. Para su sorpresa, justo cuando ha terminado la visita ha vuelto la luz y, tras un parón para beber limonada sin azúcar que llevaba, entre otras cosas, aloe vera, Vicent Marí se ha dirigido al piano vegetal. Con el sonido que reproducen las plantas al entrar en contacto con el cuerpo humano, Marí se ha despedido de una atracción «alternativa al turismo prioritario».