Francisco Javier Castillo, director del Parc Samà de Cambrils, y Eduardo Mayol, director del Ibiza Botánico Biotecnológico.

El Parque Samà de Cambrils y el Botánico Biotecnológio de Ibiza quieren unir sus esfuerzos para generar conocimiento y acelerar proyectos que muestren la importancia de la contribución de las especies botánicas en la mitigación del cambio climático. Ambos lugares comparten la meta de impactar de forma positiva en el lugar donde se ubican, y más allá contribuir a la generación de empleo y al fomento de la economía local de proximidad y a la competitividad de estos dos destinos turísticos.

El jardín histórico del Parc Samà de Cambrils es uno de los mejores ejemplos de jardinería del Romanticismo en España, pertenece a la Red Europea de Jardines Históricos, formada por 41 espacios botánicos del continente reconocidos por su valor histórico, artístico y botánico y declarada como Itinerario Cultural Europeo perteneciente al Consejo de Europa. El parque alberga en sus 14 hectáreas, al lado del mar, unos 1.500 árboles de gran porte, que necesitan planes de eliminación, saneamiento y manejo, y que están permitiendo incorporar nuevos ejemplares para mantener la biodiversidad del parque; en concreto, durante los cuatro últimos años se han introducido 500 ejemplares, principalmente de la familia de las aráceas (palmeras), con un nuevo invernadero inspirado en los de los jardines del Romanticismo.

Por su parte, el Ibiza Botánico Biotecnológico tiene apenas cinco años de historia y se concibió como un centro de conservación natural de la flora pitiusa y de divulgación científica. La recuperación y conservación de la flora de las islas Pitiusas, que se puede ver un recorrido por los diferentes paisajes y hábitats naturales como seña de identidad, comparte protagonismo con la búsqueda de soluciones a través de la biotecnología basada en la riqueza del mundo vegetal.

En el Botánico se pueden ver prototipos y soluciones biotecnológicas de vanguardia gracias a la colaboración con empresas punteras en este ámbito: desde la producción de microalgas, parterres de producción de electricidad a partir del suelo natural mediante baterías biológicas, el primer piano vegetal del mundo, y los Bioo sensores sostenibles.

Intercambiar conocimiento y contribuir a la concienciación

Esta línea de trabajo pretende fortalecer el papel de los dos botánicos como lugares de aprendizaje y concienciación sobre la contribución de los parques a la mitigación de los efectos del cambio climático. «Somos grandes aulas de naturaleza e investigación, queremos que los visitantes disfruten durante su visita y que lo hagan aprendiendo; en un contexto de ocio es más fácil contribuir a la sensibilización y concienciación de la importancia de la conservación de todos los hábitats, paisajes y especies de las islas Pitiusas», ha explicado Eduardo Mayol, director del Ibiza Botánico Biotecnológico.

«Cada uno de los 127.000 visitantes del Parc Samà en 2022 contribuyó a secuestrar cerca de 100 kilos de CO2 al año», apunta Francisco Castillo, director del Parc Samà. Estos datos sobre el último estudio sobre de la capacidad de fijación de CO2 del Parc Samà se pone en relieve la importancia de las funciones de los jardines botánicos y la contribución de los visitantes para su mantenimiento y conservación. Dentro de esta línea se generarán proyectos de base biotecnológica enfocada a necesidades hídricas de las especies, al objeto de optimizar el uso del agua y generar proyectos que sirvan de ejemplo.

El vivero/invernadero de especies históricas y singulares es el primer proyecto de conservación que se va a desarrollar dentro del convenio. Durante este 2023 se van a seleccionar las especies que formarán parte de este vivero compartido entre los dos parques. En principio se han identificado dos líneas de trabajo que se apoyarán con acciones de divulgación:

-La primera, de especies singulares endémicas, que trabajará inicialmente con la especie de palmito Chamaerops humilis, muy presente en el Parc Samà en un vivero natural en la zona de bosque. Es la única palmera autóctona del mediterráneo occidental, también presente en Baleares e Ibiza, donde se considera protegida por el Catálogo Balear. Sus hojas se han utilizado de forma tradicional para hacer escobas, fabricar sombreros, cestas y similares, también se utilizan sus tallos tiernos para ensaladas debido a sus propiedades medicinales.

-La segunda, de ejemplares históricos, que intentará la reproducción en el Ibiza Botánico Biotecnológico de los ejemplares del Parc Samà catalogados como árboles monumentales, definidos en su declaración como «los seres vivos más grandes del planeta… su conservación es una manifestación de vida y refleja la cultura y el respeto por la naturaleza de un pueblo». En este caso se trata de un ciprés mediterráneo (Cupressus sempervirens), un cedro atlántico (Cedrus atlantica) y un roble (Quercus robur). Los equipos de jardinería harán la recolección de los ejemplares y en el Ibiza Botánico Biotecnológico se encargarán de proporcionar las condiciones óptimas para su crecimiento y desarrollo.

Por último, también se prevé un trabajo conjunto en diferentes áreas propias de la gestión, con el reto de posicionar los jardines históricos y parques botánicos como parte de la industria turística. Ambas empresas están convencidas de que el patrimonio vegetal e histórico contribuye a que el destino sea más competitivo, «ya que estos lugares son únicos contribuyen a la identidad del territorio y, por lo tanto, a su capacidad de captar nuevos segmentos de mercado».