La actuación final del campamento Taller de Músiques culmina 11 días repletos de actividades | Irene Arango

La quinta edición de Taller de Músiques se despidió por todo lo alto este viernes con una actuación que abrazó el mundo de los sueños, con sus luces y sombras. El musical, que tuvo lugar en la iglesia de Sant Vicent de sa Cala este viernes a las 17.00 horas, fue el culmen de 11 días de diversión, convivencia y preparación de los 22 adolescentes de entre 12 y 17 años que pudieron disfrutar del campamento de verano. «Al final, el concierto es lo de menos después de todos estos días juntos, pero es una meta que anima a los chavales y que vienen a ver las familias y los habitantes del pueblo», explicó Pau Torres, director de Taller de Músiques.

Con unas bases marcadas, los monitores modelaron lo que sería la actuación final ayudándose también de los pequeños: «Nuestro trabajo es buscar un proceso creativo juntos con la temática que anticipamos y los intereses y ganas que vemos en los chicos». La obra de este año, llamada Utopia Chronicles: l’Amenaça Inconscient, continuó la línea de la cuarta edición e incluyó diferentes estilos musicales, desde el electrónico a la música negra del grupo Sault, pasando por Phil Collins, entre otros muchos.

«Nosotros nos esforzamos porque nuestros chavales tengan los espacios para trabajar, deformar y transformar, además de acompañarles en sus procesos creativos y que se acerquen a su objetivo», comentaba Torres en cuanto a la parte más artística del curso. El director del campamento no quiso dejar de lado otros aspectos de Taller de Músiques como sus excursiones en bici, sus excursiones o sus yincanas, siempre vinculadas a la naturaleza.

Esta actuación final se ha enfocado en el mundo de los sueños, pero la relación con la «realidad onírica» empezó en los primeros días del campamento: «El último personaje que incluimos en nuestras actividades fue el crespell, que dentro de la mitología ibicenca puede representar la oscuridad». «Hemos tratado las sombras, la claridad o incluso el ego, con un diálogo que se ha hilado a la música creando una narrativa en torno a ‘qué es real’ y ‘qué del sueño puedo traer a mi día a día’», concretó Torres.

Asimismo, Torres confesó la belleza de trabajar con estos grupos de adolescentes: «Hacemos muy buen equipo y ver esa vinculación que tienen con los sentimientos emociona mucho», según concluyó.