Jorge Nacher acaba de regresar de Ucrania y difícilmente podrá olvidar todo lo allí vivido. Este vecino de Sant Antoni, que ha viajado al país por tercera vez, ha dedicado su estancia a intentar que niños que lo han perdido todo se sientan un poco mejor.

Recién llegado a Ibiza, explica cómo en Kiev ha colaborado con una joven ucraniana, Tetiana Mialkovska, que a través del arte ayuda a estos huérfanos de la guerra. «En este viaje queríamos buscar cosas diferentes y colaboramos con esta asociación que realiza terapias con niños que han perdido a sus familias. Les buscan además colegio y gente que les pueda cuidar», recuerda el voluntario.

Sin duda, para Nacher se ha tratado de una experiencia «diferente» de la que regresa con el corazón tocado. «Te marca ver esas caritas de niños de entre 8 y 15 años con muchos miedos e inseguridades. Tetiana es experta en realizar terapias a través del arte y, mediante dibujos o la cerámica, consigue llegar a los pequeños y les logra sacar una sonrisa», relata Nacher.

Para este vecino de Sant Antoni, uno de los momentos más impactantes de su viaje fue cuando una niña le llamaba todo el rato «papá». «También hay mucha gente adulta que lo está pasando mal», reconoce.

En este último viaje, Nacher asegura que ha podido ver una ciudad con relativa normalidad, si no fuera por el toque de queda entre la medianoche y las 6 de la mañana y por alguna que otra situación. «Llegué a Kiev y hacía cinco horas que el ejército de Ucrania había interceptado 20 drones y dos misiles dirigidos a la ciudad. Sin embargo, la ciudad estaba normal y los vecinos te decían que, como nada había explotado, ellos tenían que volver al trabajo y a su vida. Ellos son los que aportan normalidad», destaca.

A la hora de despedirse de algunos conocidos, también le sorprendió cómo los ucranianos viven el día a día, llegándole a decir que, si estaban vivos, volverían a verse.

«No se creen que puedas venir desde España, pero ven que desde aquí hay una ayuda especial», insiste.

Viaje

La última aventura de Jorge Nacher comenzó hace unos días cuando, vía Valencia, se trasladó a Moldavia para pasar después al país en guerra. Tras haber contactado con la artista de Kiev, tuvo claro que en esta ocasión quería colaborar con el trabajo de esta mujer que ayuda a niños ucranianos que han perdido a sus familias.

A ella le entregó parte de la recaudación conseguida con actividades solidarias. La colaboración del pueblo de Sant Antoni, y de toda Ibiza en general, ha sido fundamental para poder ayudar a estas personas. Nacher, quien ha contado con el apoyo de numerosas empresas, agradece el constante apoyo de Cati Costa, «que es quien me ayuda siempre en mis proyectos».

Nacher rememoró recientemente cómo la primera zona que visitó, justo al principio del conflicto, fue Leópolis. Hasta allí se trasladó en mayo de 2022 para transportar un furgón repleto de material sanitario. Varios meses después, este vecino de Sant Antoni regresó para ayudar a evacuar a población civil. En esa segunda ocasión, Nacher fue consciente de toda la destrucción y el gran drama que supone una guerra. Tras regresar de su segunda expedición solidaria, Jorge Nacher declaró a Periódico de Ibiza y Formentera que «Ucrania me ha marcado».

Tanto le marcó esa segunda experiencia que desde el principio no descartó realizar un tercer viaje. Lo cierto es que durante el tiempo que ha permanecido en Ibiza, entre viaje y viaje, este solidario vecino de Sant Antoni no ha parado de organizar iniciativas para ayudar a países con graves emergencias humanitarias. Desde la paella solidaria para Ucrania con la que recaudó 2.400 euros a recoger y enviar allí viejas camas de hoteles, cualquier iniciativa solidaria sirve para colaborar con el pueblo ucraniano.