Imágenes del control desplegado este viernes por la tarde. | Paco S. Pérez

Rotonda de Can Tomàs. Media tarde del jueves. Dos vehículos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil despliegan en cuestión de segundos un filtro de control en los carriles de entrada a Sant Antoni.

En la cabecera dos agentes dan el alto a los vehículos que consideran sospechosos. En la zona de salida otro agente porta en sus manos una cadena de pinchos, un sistema de barreamiento que desplegará ante cualquier incidencia o intento de fuga de un vehículo.

Uno de los coches verificados es un deportivo. Un agente se identifica. Los ocupantes son británicos y el guardia les traslada todas las indicaciones en inglés antes de que otro compañero inspeccione a fondo el vehículo. Minutos después el guardia civil se dirige en italiano a los cuatro jóvenes ocupantes de otro coche.

El término municipal de Sant Antoni es el área principal de acción del GRS, una de las unidades de élite que desde junio refuerzan las tareas de seguridad y control en la Isla.

«El GRS es un plus para la prevención y la seguridad en Sant Antoni. Realizan controles en las principales arterias y accesos al municipio y también ponen especial foco en zonas sensibles como el West End. Esta unidad ya ha intervenido en varias detenciones e inspecciones por tráfico de droga», apuntó el comandante jefe de la Compañía de Ibiza y Formentera, Juan Carlos González, quien recordó que a estos efectivos se suman las unidades del Grupo de Acción Rápida (GAR), que controlan las denominadas «infraestructuras críticas», aeropuerto de Ibiza y puerto. Son los refuerzos englobados en la denominada ‘Operación Alto Impacto 2023’.

El comandante González detalló que el GRS se encarga de tareas de prevención y persigue delitos de tráfico de droga y, especialmente, delitos de agresiones sexuales, una tipología delictiva que había registrado un repunte en las últimas temporadas.

Aunque el balance de resultados no se presenta hasta la finalización de la temporada, González advirtió que traspasado el ecuador del verano las impresiones son positivas y la delincuencia ha bajado. «Todos hemos visto vídeos de peleas pero son puntuales», señalaron.

La temporada pasada estas unidades participaron en varios golpes antidroga que supusieron la desarticulación de grupos criminales que operaban en la Isla.

Poco antes del control de seguridad en el acceso a Sant Antoni, otras unidades del GRS recorrían la arteria principal del West y calles adyacentes. La presencia de los agentes impone a los jóvenes británicos que a media tarde se encuentran por la zona. Realizan varias identificaciones y cachean a varios jóvenes. Estampa similar en el Passeig de ses Fonts y en el Passeig de s’Arenal. «Ahora está tranquilo pero por la noche es otra cosa», apuntan.

Las unidades del GRS van provistos de fusiles de asalto Heckler & Koch G36, HK MP5, o escopetas. Suelen patrullar las zonas de ocio y su presencia es una garantía de seguridad.

A estas unidades se suman en el día a día las patrullas de Seguridad Ciudadana que operan en Sant Antoni y colaboran con los operativos de la Policía Local de Sant Antoni.

En el puerto, se encuentra la embarcación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Ibiza, que cumple con su cometido diario de vigilancia y control de las embarcaciones que navegan o fondean en la zona.

El control de la bahía de Portmany se completa con el helicóptero Cuco, que realiza tareas de vigilancia desde el aire.