Normalidad en el aeropuerto de Ibiza. | Moisés Copa

El aeropuerto de Ibiza recupera la normalidad después de que el pinchazo de ambas ruedas del tren delantero de un avión procedente de Frankfurt paralizase completamente el tráfico aéreo este sábado durante más cuatro horas. Tras 44 cancelaciones entre llegadas y salidas y 14 desvíos, la terminal disfruta este domingo del habitual tráfico de pasajeros, sin aglomeraciones más allá de las colas de facturación. Sin embargo, todavía pueden verse algunos viajeros durmiendo que llevan esperando un nuevo vuelo desde hace prácticamente 24 horas. Es el caso de una pareja francesa que tenía programado un viaje a Toulouse y terminó cancelado. La compañía les ofreció entonces dos opciones: podían esperar en la isla hasta coger un nuevo vuelo el miércoles o viajar a Londres este domingo por la noche y buscarse la vida para llegar a la ciudad francesa. «Tuvimos que elegir ir a Londres porque nos era imposible quedarnos aquí, por tiempo y dinero. Nos tendríamos que pagar todo y ya después la aerolínea se supone que nos compensaría», comenta el hombre, en inglés, mientras su pareja se revuelve en la improvisada cama montada a base de almohadas de avión, chaquetas y mochilas.

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Fuera, varios taxistas charlan reunidos en su parada a la espera de que lleguen vuelos repletos de clientes. «¿Lo de ayer de los taxis pirata? Pasa cada día», afirma uno de ellos, cigarro en boca. «Al principio de temporada prometieron que habría más control y mira, se ve a simple vista», comenta otro, señalando las furgonetas negras aparcadas en el denominado parking exprés. «Cada vez que llega un vuelo inglés, hay unas 14 furgonetas ahí y otras tantas en la parada de bus y taxi», continúa. Que este sábado los «taxis pirata» llenaran la parada de taxis y recogiesen a los recién llegados a la isla no es novedad, según explican los taxistas. «Vino una pareja de españoles que en el trayecto me comentaron que para ir a Platja d’en Bossa les querían cobrar 40 euros cuando es un viaje de unos 12 euros», se queja uno de los conductores.

Aena, por su parte, se defiende ante las críticas recibidas por la falta de información en el aeropuerto este pasado sábado. Comunican que cuando se para la actividad en la terminal y deja de valer la programación previa, ellos dejan de contar con información más allá de la que les proporcionan las compañías, con las que mantienen el contacto en todo momento para conocer el estado de los vuelo de origen y destino. Además, explican, toda esa información que recibían la comunicaban en las pantallas, por megafonía y a través del personal. Que el mostrador de la planta bajo careciese de empleados se debe, según indican, a que fueron «recolocados para buscar la manera más eficaz de atender», especialmente en la zona de escaleras.