Sant Antoni instala cámaras de videovigilancia en cinco puntos de contenedores del municipio. | Arguiñe Escandón

Sant Antoni quiere frenar la actitud incívica de algunos vecinos que utilizan los contenedores de basura para arrojar cualquier tipo de objetos voluminosos y trastos. Por ello, el Consistorio portmanyí ha presentado este lunes la instalación de la primera cámara de videovigilancia en los contenedores del hipódromo de Sant Rafael, que tratará de poner freno a aquellos que no cumplan correctamente con la ordenanza municipal de recogida de residuos.

Además de la instalada en el hipódromo, se han colocado otras cuatro cámaras de videovigilancia más en el Parque de Bomberos, en otro punto de residuos en la carretera de Sant Rafel hacia Santa Agnès y otras dos más en la zona de Can Guillamó, en ses Païsses. Un proyecto financiado en su totalidad, unos 18.000 euros, por el Consell de Ibiza que permitirá tener más control sobre distintos puntos conflictivos del municipio.

«El objetivo es intentar reducir significativamente los vertidos incontrolados»
Foto: Arguiñe Escandón.

«El proyecto lo iniciamos en la pasada legislatura y el objetivo es intentar reducir significativamente los vertidos incontrolados, especialmente voluminosos, en estos puntos negros, así como aumentar la calidad del servicio, ya que si se reducen estos vertidos se podrán destinar más efectivos a otras tareas de recogida», ha explicado Pepita Torres, concejala de Medio Ambiente, quien ha destacado el nuevo sistema de vigilancia también «es una medida disuasoria y preventiva» para evitar estos vertidos y conseguir un mayor cumplimiento de la ordenanza municipal.

La concejala detalló que las cámaras están conectadas directamente con la Policía Local de Sant Antoni, que contará con este recurso para, en caso de incumplimiento, identificar a los autores de las infracciones o las matrículas de los vehículos para poder aplicar el correspondiente procedimiento sancionador, que en función de la tipología de los residuos puede llegar a cantidades de hasta 30.000 euros. Torres ha asegurado que el objetivo será intentar «controlar los vertidos» que se producen fuera de los contenedores y que perjudican, «no solo en la visualización, sino también en el tiempo de los operarios de limpieza». Por ello, además de una cámaras instalada, las zonas de residuos también contarán con una señal «visual y grande» donde se advierta a la persona que está siendo grabada.

Desde el Ayuntamiento confían que esta sea, en principio, una medida disuasoria para los vecinos del municipio, aunque reitera que dichas cámaras de videovigilancia estarán conectadas con la Policía y podrán haber sanciones. «No están puestas para multar sino para intentar evitar esta problemática y concienciar a la gente. Está claro que si una persona ha cometido una infracción, lógicamente habrá que actuar», ha finalizado Torres.