Algunos de los participantes en la iniciativa. | Arguiñe Escandón

Desde mayores a pequeños, muchos este domingo se convirtieron en ploggers al completar una buena sesión de actividad física, recogiendo al mismo tiempo aquellos residuos encontrados durante el recorrido. En ello consiste el Plogging Tour, una prueba que combina deporte y medio ambiente y que comenzó este año en el paseo de Figueretes para extenderse después hasta diferentes zonas según el circuito elegido.

Uno de los monitores dirigió el calentamiento que siguieron todos los participantes antes de comenzar a correr. Según recomendó a los corredores, realizar sentadillas y «agachadas» era bueno para calentar músculos antes de iniciar la prueba. Para retirar la basura, los ‘ecorunners’ recibieron previamente una bolsa de plástico y unos guantes.
Óscar Caro, organizador del Plogging Tour, destacó el éxito de la iniciativa al inscribirse más de 300 personas. Con tres circuitos diferentes según la capacidad deportiva de cada uno, Caro recordó que «no es una carrera al uso, sino que hay monitores que van guiando toda la actividad. El que quiera correr, puede hacerlo, y quien quiere tomárselo con más calma, también».
«Esto empezó en Ibiza y desde aquí ya estamos visitando varias ciudades españolas y comenzamos hace tres años», añadió Caro.

Vicky Alemany participó ayer por primera vez en el Plogging Tour. Desde el IES Isidor Macabich, ella y otras docentes se animaron a correr, además de algunos alumnos y sus familias. «Me parece una iniciativa necesaria, divertida y saludable», comentó.
Sabina, por su parte, acudió con su marido y sus dos hijos pequeños puesto que «me pareció un proyecto interesante, aunar deporte con medio ambiente». Según consideró, es importante que los niños vean cierta unión a la hora de cuidar los espacios naturales de la isla.
A Marina le motivaron las dos vertientes del Plogging. Al ser miembro de un club deportivo de Ibiza, esta joven se animó a participar en la carrera y, «para hacer algo diferente», se propuso también recoger aquellos residuos que pudiera ir encontrando durante el recorrido.
También Alberto celebró el éxito de la convocatoria: «Es mi primer año y esto está siendo una maravilla».

Megáfono en mano, desde la organización aseguraron que uno de los objetivos de Plogging Tour era sensibilizar sobre la importancia de preservar el medio natural, además de concienciar a todos los runners de Ibiza para que no sólo recojan basura cuando hay una prueba deportiva, sino que es algo que pueden hacer cada vez que salgan a correr.
Al mismo tiempo, en uno de los stands instalados en el paseo, Max y Gianpaolo mostraron a todos los participantes cómo de los tapones de las botellas de plástico pueden fabricarse incontables artículos. Max explicó que «damos así una segunda vida a los deshechos».
Para ello, primero separaron los tapones por tamaños o colores; después los deshicieron utilizando una bicicleta estática reconvertida en trituradora y con el material resultante demostraron cómo pueden crear desde platos hasta posavasos.

En otro stand, muchos niños pudieron participar en talleres con materiales reciclados. También representantes de Apneef (Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera) estuvieron en ses Figueretes informando sobre la entidad e incluso repartiendo ceniceros de playa para evitar que las colillas acaben en la arena.

La organización destacó que el Plogging es un deporte de moda consistente en la práctica de una actividad física al aire libre y combinarla al mismo tiempo con el cuidado al medio ambiente y la biodiversidad a través de la recogida de basura y residuos.

En Ibiza, los ploggers pudieron participar en el Circuito Familias Multiaventura, un trayecto de menos de 3 kilómetros que podían completar también personas con necesidades especiales.
En la carrera popular el recorrido constó de 5,6 kilómetros y transcurrió por las inmediaciones del municipio de Ibiza. La prueba Plogging Pro, de 11 kilómetros, partió desde Platja d´en Bossa hasta el Parque Natural de ses Salines.