La cuarta jornada del Foro Marino se ha dedicado a conocer distintos proyectos relacionados con la restauración y la regeneración del Mediterráneo, tanto en las Islas Baleares como en otras zonas de éste como Chipre, Grecia y Sicilia.

Además, se pudo comprobar como en la ciencia, en la biología, o en la divulgación marina, el peso de las mujeres es cada vez mayor y que hay que mostrarlo a la sociedad. En la regeneración y recuperación del Mediterráneo hay un protagonismo de la mujer. «Desde IbizaPreservation como miembro del Equipo Promotor del Foro Marino estamos muy contentos con esta mesa porque además de hablar de regeneración marina hemos podido comprobar la importancia de las mujeres en la ciencia. Consideramos que es importante que en espacios científicos las mujeres adquieran protagonismo más allá de cumplir la cuota y este ha sido un clarísimo ejemplo de ello», ha declarado Inma Saranova, directora de IbizaPreservation.

Para hablar de los proyectos que se realizan en Baleares intervinieron Aina Blanco, investigadora de l’Institut Menorquí d’Estudis de la Reserva de la Biosfera de Menorca que están trabajando en la restauración de bahías someras (bahías poco profundas); Tati Benjumea, investigadora de Medgardens, que están trabajando en la bahía de Portocolom en Mallorca; y Manu San Félix, biólogo marino, explorador de National Geographic y miembro del Equipo promotor que habló del proyecto Be Blue Baleares en el que también participa el grupo Insotel.
En la segunda mesa, dedicada a conocer experiencias de éxito en áreas marinas protegidas de otras zonas del Mediterráneo, intervinieron Berta Manzano, gestora de programas de Conservation Collective; Gaia Agnello, directora ejecutiva de Sicily Environment Foundation; Arini Karathanau, gestora de proyectos marinos de Cyclades Preservation Fund; y Valentina Fossati de Enalia Physis Chipre.


Chipre sin Nacras

De los tres casos que se vieron en otras zonas del Mediterráneo se presentaron resultados optimistas en dos de los casos, mientras que en el estudio presentado por Valentina Fossati, investigadora de Enalia Physis Environmental Research Centre de Chipre, la conclusión fue negativa. El estudio elaborado por esta investigadora ofrece datos poco dados a la esperanza. En Chipre la Nacra está extinta. En todos los análisis y recuentos que se han realizado desde Enalia Physis Chipre, no se encontraron alevines de esta especie.
La nacra, es un molusco bivalvo endémico del Mediterráneo y el de mayor tamaño de nuestras aguas. Suele vivir asociado a comunidades de plantas marinas como la Posidonia, su concha es un hábitat perfecto para numerosas especies y su capacidad de filtración, lo convierte en un verdadero biofiltro de las aguas. En Baleares su situación es crítica pero lo que se ha podido comprobar es que en otras zonas es peor.
Tanto Gaia Agnello, directora ejecutiva de Sicily Environment Foundation, como Arini Karathanau, gestora de proyectos marino de Cyclades Preservation Fund, presentaron sendos proyectos en los que están involucrando a todos los ámbitos sociales de los territorios en los que se desarrollan. Agnello, con el proyecto de recuperar redes fantasmas de los fondos, contando con la ayuda de los propios pescadores de Sicilia y Arini, con la creación de zonas protegidas para la pesca, en unos caladeros como los de las islas griegas Cícladas que están agotados.


Los bosques submarinos baleares

Los tres ponentes que hablaron de la situación de los bosques submarinos en Baleares llegaron a la misma conclusión. Están en regresión. Las praderas de posidonia, de Cystoseira y de otros tipos de algas, sobre todo en bahías someras, poco profundas, están necesitadas de diferentes tipos de actuación.

Para Blanco y Benjumea, lo primero es terminar o controlar las malas praxis humanas que afectan a la calidad de las aguas. Algunos de los efectos podrían revertirse con nuevas infraestructuras y con una mejora de las inversiones de esas actividades que las perjudican, como son los vertidos de aguas mal depuradas y la instalación de boyas ecológicas, aunque la subida de la temperatura del mar es otra de las grandes afecciones de estos bosques.

Tati Benjumea, además, añadió que la restauración y la regeneración de estos tipos de hábitats además de ser más complicados, siempre son más caros si protegemos y actuamos en la prevención. Por su parte, Manu San Félix, que se encuentra de expedición en Micronesia y que envió su intervención en un vídeo, resaltó la necesidad de que para 2030 el 30% del Mediterráneo esté protegido de manera efectiva.