En el 25N, Día Internacional contra la violencia de género, responsables de la Oficina de la Dona de Ibiza invitan a las víctimas a perder el miedo y a pedir ayuda. Según destacan, solicitar una cita informativa no implica nada, aunque en muchas ocasiones las usuarias temen que el simple hecho de acudir o llamar a la Oficina pueda provocar que se interponga una denuncia inmediata.
«Nosotros escuchamos y valoramos con ellas y vemos qué posibilidades de salida hay. A partir de allí, es un trabajo conjunto, tomando decisiones al ritmo que ellas necesiten. No es decirles que deben denunciar y ya está. De algunas situaciones, es cierto que es muy complicado salir sin una denuncia; en otras, con recursos y poniendo unos límites claros, se puede», comenta la directora del servicio Tonyi Ferrer. «Si existen dudas sobre aquello que te está pasando, pide una cita en la Oficina», insiste.

Patrones

Ferrer explica que en muchos casos suelen repetirse unas pautas concretas. Así, el presunto agresor será «extremadamente atento» con su pareja, iniciándose un control exagerado en el que intentará separar a la víctima de amistades o incluso de familiares. «Desprecian todo el entorno para intentar que las personas se queden en casa y tenerlas así controladas, perdiendo la víctima su red social. Una vez esté aislada, será más difícil pedir ayuda», relata.
Ferrer cree que no es algo que el agresor tenga premeditado, sino que va sucediéndose en el tiempo. Una cosa dará pie a la otra, las discusiones irán en aumento y, aunque no siempre tengan que acabar en agresión, la mujer deberá vivir con una persona que la insulte o le muestre comportamientos violentos cuando se enfada. «Aunque no te quiera pegar directamente, hay una alta probabilidad de que, lanzando un objeto o algo, él te provoque daño. No se debería esperar a que esto pase», señala Ferrer.

En relación al aumento de casos registrado en el último año, la directora de la Oficina de la Dona reconoce que quiere pensar que es porque la gente denuncia más, aunque, al comprobar las estadísticas, hay numerosas víctimas que han soportado estas agresiones durante más de diez años. «También es posible que se comience a reconocer antes. La juventud está muy preparada e identifica antes esta violencia. Quiero creer que en unos años se irá reduciendo el número de víctimas que han aguantado mucho tiempo malos tratos. Es posible que tengamos más casos, pero durante menos tiempo», destaca.

Ferrer reconoce que en el último año muchas usuarias han llegado a ellos a través de los teléfonos de emergencias. Una primera cita con un trabajador social servirá para valorar el caso. Después, se optará por derivar a la víctima a terapia o a otros servicios de la oficina. «Cada caso es diferente y a cada persona se le da una alternativa según la situación. No es lo mismo una mujer extranjera sin red social en la isla, que alguien con una buena red social y posibilidades de irse a casa de alguien. Generalmente a todas las víctimas se ofrece atención psicológica y, si tienen hijos, también a ellos se les brinda, aunque se requiere de una autorización paterna o que la mujer cuente con una orden de protección. Si necesitan un centro de acogida o asesoramiento jurídico, también se les ofrece», señalaron desde la Oficina.

Ayudas económicas

Las usuarias incluso podrán acceder a determinadas ayudas económicas si cumplen una serie de requisitos.
Sobre los casos detectados entre los jóvenes de Ibiza, la directora de la Oficina de la Dona considera que los talleres e iniciativas de concienciación que puedan llevarse a cabo en institutos y centros educativos de la isla «deberían celebrarse de manera más seguida» y no quedarse en una actividad aislada durante el curso. Abordar las relaciones afectivo sexuales dentro de la propia familia es también de lo más aconsejable, según Ferrer.
«Vivimos en una cultura machista y es muy difícil que se rompa de un día para otro. Es un trabajo lento y de mucha prevención. Hay también muchas cosas que juegan en contra como el porno en redes. Para mí, el problema no son las redes, sino el mal uso que se le puedan dar», concluyó.