La conocida boutique Front Line, justo en la esquina de la avenida Bartomeu de Roselló. | Moisés Copa

Conocer a Susan April Brown permite conocer cómo fueron los inicios de la moda en Ibiza y también hacerse una clara idea de cómo ha cambiado la isla en todos estos años. «Si hubiera llegado hoy, no sé si me hubiera quedado», reconoce.

Propietaria de la conocida boutique Front Line, justo en la esquina de la avenida Bartomeu de Roselló, Susan April anuncia su jubilación y, por tanto, el cierre de su popular tienda de moda. «Realmente no estoy contenta, pero el tiempo no espera por nadie y ya me tendría que haber jubilado hace años. Si pudiera seguir, seguiría», comenta con cierta pena.

Tras llegar al mundo de la moda un poco por casualidad, en 1984 se embarcó en toda una aventura empresarial: crear su propia marca de ropa, Lipstick. Según recuerda, ella trabajaba en una tienda de muebles y una varicela tuvo la culpa de que cambiara de sector: «Mi hija enfermó de varicela y unas semanas después, me tocó a mí. Tuve que coger bastante tiempo para recuperarme, así que mi jefe me dijo que me buscara otra cosa. Varios días después, me contaron que en otra tienda estaban buscando una secretaria y ahí fue mi primer contacto con el mundo de la moda. Recuerdo que, ya en los primeros días, me topé con Úrsula Andress y pensé que vaya cambio».

Naomi Campbell y «todos los famosos de la época» se han vestido en Front Line, según recuerda.
Años después de abrir su tienda Lipstick en la calle de la Cruz, fue su marido quien la animó a montar la boutique Front Line en su emplazamiento actual, «totalmente fuera de la marcha ibicenca porque todo estaba en el puerto». De hecho, recuerda cómo en Bartomeu de Rosselló «sólo» había bancos y oficinas. A pesar de las muchas ofertas recibidas para dejar el local -ubicado en una de las mejores esquinas comerciales de Ibiza- nunca se dejó tentar.

En relación a sus inicios, recuerda que «teníamos a unas 25 mujeres fijas en el taller, así como a personas autónomas, y las colecciones que hacíamos al mayor eran las que teníamos en la tienda. Todo lo que vendíamos era producto nuestro», recuerda.

Sin entrar en detalles, Susan April explica que durante un tiempo estuvo en la moda Adlib, aunque «eran unos años muy negros en Adlib, sin ayudas, y preferimos ir por libre».

«Hay mucho folklore sobre el blanco y Adlib no empezó con el blanco. Era todo color», se limita a señalar.

Residente en Ibiza desde hace décadas, sus primeras colecciones se inspiraron en la isla de los años 80, en la que, con espacios como KU, «había mucho rollo de discotecas», por lo que crearon líneas «más acordes con la noche ibicenca».

«Me gustaba la Ibiza de antes, de la naturaleza y de la buena gente, sin tanto postureo», reconoce.
La experta en moda incluso cree que, antes la gente se vestía bien para salir por la noche, mientras que ahora van a las discotecas «de cualquier manera».

Tras saborear el éxito con su firma Lipstick, esta empresaria dejó de producir su propia moda, aunque llegó a abrir tres tiendas más en la isla de Ibiza. «Paulatinamente las fui cerrando y me quedé con el comercio actual, pensando que iba a disfrutar ahí unos años, aunque después vino el Covid y trastocó todos los planes. Así es la vida», afirma.

El próximo sábado, de 17.30 a 19.30 horas, celebrará un pequeño acto en la tienda para dar las gracias a todos los que, durante estos años, han colaborado con ella. «Significará que es real que me voy. Ya podré creer que me marcho», insiste.

«Hemos vivido muchas crisis. Con un poco de cabeza, hemos podido superarlas», concluye.