Las buenas sensaciones sobre el estudio de utilización del parking de Can Misses, y el aumento de plazas libres en este aparcamiento desde que se implantó la bajada de barreras, hacía presagiar que la encuesta a pie de calle indicaría resultados similares, pero las conclusiones fueron algo dispares. Sin ir más lejos, la mayoría de los encuestados estaban de acuerdo en que esta medida de parking disuasorio gratuito, para evitar la entrada de particulares, empezó de forma positiva para los pacientes de Can Misses, puesto que la incertidumbre inicial impedía que los conductores de fuera optaran por el uso indebido del aparcamiento durante las primeras semanas. «La gente ha perdido un poco el miedo a la hora de acceder al parking. Al principio no se atrevían a sacar el ticket por si era de pago, pero actualmente este espacio se llena de coches», explicó una de las usuarias que acababa de aparcar después de dar un par de vueltas dentro del perímetro.

Asimismo, subrayó que se encontró el aparcamiento más lleno que otros días. «Esta medida sirvió al principio, pero ahora ya no. Una de las opciones sería disponer de una certificación que se convalide en la barrera o tras las consultas. Y, si es mucho lío, pues que sea de pago», manifestó esta paciente. En esta misma línea se mostró también el usuario Diego Rodríguez. Este vecino subrayó que muchas de las veces que tiene consulta en Can Misses, y tiene que acceder al parking, se encuentra este espacio completo. Sin ir más lejos, manifestó que, aunque sea en detrimento de los propios usuarios, es importante que no se descarte que vuelva a ser de pago. «Aunque nos tenga que costar dinero. Lo prioritario es conseguir plaza al llegar», puntualizó.

Otras opciones

Por su parte, la paciente Antonia Tur señaló que sobre las doce del mediodía el parking siempre está lleno. «La gente sigue aparcando aquí y luego se van a hacer sus recados», explicó Antonia haciendo hincapié en que es esencial buscar otras opciones. Entre ellas, registrar la utilización de la plaza del parking a través del lector de la tarjeta sanitaria. Durante esta jornada, cerca del mediodía, varias plazas del estacionamiento quedaban libres, pero bastante diseminadas. Esto suponía que los nuevos usuarios que accedían al recinto tuviesen que dar varias vueltas dentro del perímetro, buscando con una concentración plena un hueco libre para poder estacionar.

Pasaban los minutos y el goteo de coches que accedían al parking era constante, pero también lo eran las salidas. En este sentido, dos mujeres que estaban enfrente de su coche destacaron, en su caso, que sí han notado una diferencia positiva desde que se habilitó este estudio de utilización del parking de Can Misses. «Hay más plazas que antes, eso sí que es verdad. Lo malo es tener que esperar a insertar el ticket en una pendiente con tanta inclinación. A la gente más mayor le cuesta», subrayó Silvia Sopriano junto a Gema Sánchez resaltando que un operario de la empresa de seguridad Trablisa estuvo ayudando a los usuarios a insertar este ticket dentro de la máquina para poder salir del recinto hospitalario.

Aparcamiento completo

Muy cerca de estas mujeres estaba Francisco Martín, el responsable del parking del hospital. Este trabajador subrayó que la franja de máxima afluencia en el aparcamiento de Can Misses es de 9:00 a 13:00 horas e indicó que, desde que se habilitó la medida, sólo se ha llenado este estacionamiento una vez, que fue un martes durante el mes de noviembre. «Este estudio está funcionando porque normalmente hay varias plazas libres, pero ese martes durante un rato estuvo completo», manifestó. Al preguntarle por el uso indebido de este espacio, Francisco Martín destacó que ha visto a personas que, al observar la barrera, no han entrado por miedo. No obstante, el problema llega cuando estas personas se dan cuenta de que no tienen que pagar para poder acceder. También adelantó que ese día en cuestión la grúa tuvo que retirar un vehículo que llevaba estacionado 18 días y, además, explicó las medidas de control que se lleva a cabo desde la empresa de seguridad.

«Durante el turno de noche, se contabilizan los coches, sus matrículas y las plazas de estacionamiento a través de un programa que nos avisa del número de días que los vehículos llevan aparcados», apuntó resaltando que al cuarto día esta aplicación «salta» y es cuando envían una foto a la Policía Local para que realicen un seguimiento. «Si los coches continúan aquí, y comprobamos que llevan más de 15 días, viene la grúa», puntualizó el responsable del parking. En este sentido, manifestó que desde que se puso en marcha este estudio han disminuido estos avisos e indicó que está funcionando bien, ya que hay muchas rotaciones. Sin embargo, explicó que en todo este tiempo la grúa ha llegado a retirar nueve vehículos que estaban haciendo un uso indebido del aparcamiento.